CAPÍTULO 18: LOS EFECTOS POSTERIORES A LA DEVASTACIÓN 1

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Lentamente, Moroha abre los ojos. La luz del atardecer inunda la habitación.

"¿Dónde...?"

Lo primero que ve es el techo. Un techo que no reconoce. Los recuerdos golpean su mente, e intenta incorporarse, pero un profundo dolor en el pecho aparece, y lleva su mano ahí.

Mientras Seigi estaba dentro del templo de los Uchiha, Moroha tuvo que luchar contra un hombre llamado Saru. Finalmente, pudo conseguir matarlo, y Seigi terminó con sus investigación. Pero, en ese momento, una chica peliazul apareció prácticamente de la nada y, no solo los puso contra las cuerdas, sino que debería haberlos matado.

Lo último que recuerda es estar tirado en el suelo. Entonces, ¿dónde está ahora?

El sonido de una puerta corredera abriéndose es escuchada, y una voz surge para aliviar a Moroha.

"No deberías moverte mucho."

Con esfuerzo mira hacia la persona, aunque no haría falta, ya que conoce el origen. Es Seigi Murakumo.

"Fuiste herido fatalmente. Por suerte, tu vida no corre peligro, pero no te muevas demasiado."

Ya veo... Entonces, realmente no fue un sueño. El dolor en su cuerpo es real. No obstante, todavía hay algunas cosas que no comprende.

"¿Dónde estamos?"

Finalmente le pregunta.

"Estamos en la aldea Hinode, en el país del Agua."

Seigi se lo explica con calma. Cuando la chica estuvo a punto de destruír todo el lugar, Seigi reunió todo el chakra que le quedaba y consiguió hacer un pequeño salto de espacio-tiempo hasta donde estaba Moroha, y luego hizo otro salto para alejarse lo máximo posible.

Necesitaban un lugar en donde no pudieran esconderse, y este lugar fue el primero que se le ocurrió. Más concretamente, la imagen de cierta chica fue la que hizo que se transportara hasta aquí.

No obstante, la versión 'Movimiento instanáneo' de la Técnica del Salto de Espacio-Tiempo, se le da tan bien como la versión de 'Invocación'. Debido a ello, y también por influencia de las heridas, las coordenadas del destino se desplazaron ligeramente, por lo que acabaron tirados en el bosque. Por suerte, fueron encontrados y traídos a la aldea, pero de esto hace ya un par de días. Moroha estuvo durmiendo todo este tiempo.

"Ya veo..."

Moroha murmura. Ahora comprende el cómo llegaron a este lugar. Cuando se encontraron por primera vez, Seigi utilizó una técnica ninja de espacio-tiempo, pero el ser capaces de desplazarse grandes distancias es algo muy raro. Ya de por sí, la técnica es muy extraña.

La 'Técnica de la Invocación', por ejemplo, es para invocar criaturas con las que se hizo un pacto de sangre. Al existir un vínculo, el usuario de la técnica puede llamar a la criatura con la que mantiene ese pacto.

Inicialmente, Moroha pensó que la 'Técnica del Salto de Espacio-Tiempo - Invocación' de Seigi tenía un funcionamiento similar a la 'Técnica del Dios del Trueno Volador', en la que, por medio de una conexión - ya sea por chakra o una marca - el usuario puede desplazarse al punto marcado o traerlo hacia sí mismo.

No obstante, este no pareció ser el caso. En realidad, Seigi puede aparecer en donde desee, siempre y cuando visualice perfectamente el lugar. Del mismo modo, Yukina es también capaz de hacer lo mismo. De ahí que la 'Técnica del Salto de Espacio-Tiempo' sea considerada una técnica de rango A, rozando el rango S. Pero el gasto de chakra que conlleva es desorbitado.

"La verdad, tuviste mucha suerte. Tus heridas eran bastante serias."

La voz de una mujer joven interrumpe sus pensamientos, y al mismo tiempo la puerta se abre. Una adolescente de cabello azulado con ligeros tonos platinos en él, recogido en forma de coleta, entra. Ronda los 16 o 17 años, pero luce madura. Lleva un kimono, lo que favorece su estilo de peinado.

AkayamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora