Akayami

CAPÍTULO 8: NATSUKI KUROKARASU

Hace 10 años consiguió escapar de esa institución, pero dejando atrás algo muy valioso para él. Desde entonces, estuvo escapando, viviendo en las sombras y ocultando su verdadero rostro. Rumores surgieron aquí y allá acerca de Seigi, pero siempre pudo desviar las sospechas. No obstante, todo eso ha cambiado ahora.

Sujeto 29. La chica que se presentó ante ellos dijo eso. Portando una presencia anormalmente intimidamente para alguien tan joven, ella tiene alguna relación con él. En realidad, sabe que tipo de relación puede existir. Mencionó a Fumetsu.

Al escuchar eso, todos los recuerdos que quiso olvidar volvieron en forma de torrente de imágenes. Su corazón comienza a latir con mucha más fuerza, su respiración se acelera. El dolor del pasado lo invade, aquello que ha perdido reaparece.

"No sé quien eres, pero te aconsejo que te marches."

Moroha interviene a su favor, defendiéndolo. Con su Sharingan activado, amenaza a Natsuki, pero ella ni se inmuta.

"¿Y quién eres tú? Mis asuntos son con Seigi Murakumo. No interfieras o conocerás el poder de Fumetsu."

"Cómo quieras... ¡Entonces, muere!"

Natsuki confía plenamente en sus habilidades, y no se inmuta ante Moroha. Él no le interesa, solo desea a Seigi, cosa que le sienta mal a Moroha, y se lanza al ataque.

La lucha comienza, Moroha usa su espada para atacarla, desplazándola afuera del callejón, pero ella se defiende con sus manos desnudas únicamente, sujetando el arma. La gente, al ver lo ocurrido, comienza a gritar, pidiendo ayuda, por lo que Moroha decide acabarlo pronto.

Se vuelve a lanzar al ataque, pero Natsuki desvía cada uno de los golpes con la espada. Esa chica es muy habilidosa, y claramente se está conteniendo. Naturalmente, Moroha tampoco está yendo en serio, pero no hay comparación. Se separan, y Moroha parece estar analizando la situación y lo que ha aprendido.

En ese momento, los guardias llegan. Si Moroha se centra en ellos, aunque no le supongan problemas, Natsuki podría intervenir y acabar con él.

Que idiota soy... Moroha está haciendo todo esto por mí... y yo aquí temblando como un maldito mocoso...

Los sentimientos de culpa comienzan a invadirlo. Tiene que hacer algo, tiene que ayudarlo. Con esa resolución, sale del callejón con su movimiento instantáneo.

"No te preocupes, ya me encargo yo."

Le susurra al oído a Moroha en cuanto pasa a su lado, y aterriza enfrente de los guardias. Pero no está usando su apariencia, no es más que una mera imitación de alguien a quien ha conocido.

"¡Es Hokage-sama!"

"¡Hokage-sama está aquí!"

Los guardias comienzan a gritar de alegría. Es la apariencia de un hombre musculoso, que está en sus cuarenta, vistiendo una chaqueta naranja acompañada de unos pantalones oscuros. Sobre esto, una capa blanca ondea sobre la ligera brisa, en la que 九代目 está bordados.

En su cabeza tiene un sombrero un tanto especial: es rojizo puntiagudo, pero los bordes son blancos, al igual que el centro del lado frontal. Es ahí donde está cierto carácter bordado en blanco: 火. Y bastante oculto, cabello puntiagudo platino que brillaría a la luz del sol. Se está haciendo pasar por el Noveno Hokage, Katsuto Yaen.

"Tranquilos, la situación está controlada. Debido a la naturaleza de la misión que se está llevando a cabo, me vi obligado a intervenir. Naturalmente, no soy más que un clon de sombra, mi yo original está en la aldea. Ese joven es un jōnin, les pido, señores, que no interfieran."