CAPÍTULO 5: EL TEMPLO DE LOS UCHIHA. EL VIAJE COMIENZA

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Un día ha pasado desde que Seigi y Moroha se conocieron. En realidad, nada ha cambiado, salvo que ahora Seigi ya no se dirige solo hacia el templo de los Uchiha.

Es a mediodía cuando llegan al pueblo de Kamori. El ambiente es animado, aun cuando la gente debería de estar comiendo. Numerosos adornos están colgados en las paredes y farolas.

"¿Y esto? ¿Se va a celebrar algún festival?"

"Eso parece. Ahora que recuerdo, en muchos pueblos del país se está celebrando ya el festival de ascensión del fuego, para así culminar con la gran versión que se realiza en el mes de junio en la aldea Konoha."

Moroha le explica el motivo a Seigi, quién no sabía el origen de toda la emoción que se respira, y aprovecha para contarle todo sobre el festival.

Nadie sabe con exactitud cuando comenzó a realizarse, aunque los datos históricos sugieran que se lleva celebrando desde hace unos quinientos años, con motivo de la presencia del Daimyō, que gobierna, y el Hokage, que protege Konoha y con ello a todo el país.

El final del festival tiene lugar en Konoha, como la representante del País del Fuego, pero antes, desde el mes de marzo, se celebran en los diferentes pueblos pequeños festivales, como preámbulos de lo que será el más importante de todos.

"Entiendo... Nunca me imaginé que algo así se llegaría a celebrar."

"¿Es qué nunca estuviste en ninguno?"

"No. Apenas pude alcanzar mi libertar hace unos años, y aproveché para viajar, aunque sí que estuve en este país. Ahora que lo pienso... Nunca me coincidió de estar por aquí en esta época del año."

Mientras se ríe, Seigi lleva la mano por detrás de la cabeza representando su propia incompetencia, y le contesta a Moroha. Ésto inicialmente le sorprendió un poco, aunque siente que es natural. Él lo lleva viendo desde que era un niño, así que tampoco es algo que le llamara especialmente la atención.

"En fin, ¿comemos algo ya que estamos aquí? Tengo hambre."

Seigi sugiere comer. Naturalmente, llevan comida con ellos, pero es mejor reservarla para cuando no estén cerca de lugares habitados.

Buscan un lugar en el que comer, y encuentran un bar enseguida. Aunque está bastante lleno de gente, pudieron sentarse en una mesa vacía. A los pocos minutos de acomodarse, una amable camarera se acerca a ellos para tomar su comanda.

Usando su capa para ocultarse, Moroha no quiere revelar su rostro. Dándose de cuenta, Seigi se quita su capucha, para mostrarse claramente, aunque hay algo extraño en él: su cabello ahora es platino, y sus ojos emiten un brillo dorado. Sin duda, sería la descripción perfecta de apuesto, y no le extrañaría a nadie que atrajera una gran cantidad de miradas del género femenino.

Al ver a Seigi, la camarera se queda pausada durante unos instantes, es incapaz de reaccionar ante tal belleza que parece artificial.

"Esto... ¿podemos ya pedir?"

Al darse cuenta de las complicaciones que la joven camarera está teniendo para tomar la orden, Seigi decide ayudarla. Con esto, ella finalmente reacciona.

"¡¡Ahh, sí!! Discúlpeme por favor por quedarme así. ¿Ya saben que van a pedir, estimados clientes?"

"No pasa nada, me pasa mucho. Para mí... Un filete de ternera, y para beber una botella de sake. Moroha, ¿qué deseas?"

"Para mí lo mismo, por favor."

Sin quitarse la capucha de su capa, Moroha pide también. La camarera toma nota, y se retira. Cuando ya están a solas, Moroha le pregunta algo que le intriga desde hace un rato.

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