CAPÍTULO 16: UN NUEVO AMANECER 1

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Esa tarde, un evento inesperado ocurrió en un pequeño bosque, a las afueras de una aldea en el país del Agua. El espacio mismo se arrugó, y de la nada aparecieron dos figuras, que cayeron al suelo. Son dos hombres, ambos muy malheridos, como si hubieran sobrevivido al mismo infierno y salido.

"-ha..."

El chico de cabello negro corto murmura, pero ya no le quedan fuerzas, y cae inconsciente. En donde tendría que estar su brazo derecho, ahora ya no hay nada, solo está sangrando. Debió perder mucha sangre, y es increíble que todavía siga vivo.

***

Una y otra vez, la chica de 16 años, Ayame Furukawa, mueve la espada de madera de arriba a abajo. Su hermoso cabello azulado con tonos platinos lo tiene recogido en forma de cola de caballo para que no la moleste durante su entrenamiento.

Está en el dojo de su abuelo, practicando. Realmente le gustaría estar afuera y disfrutar de la suave visa primaveral, pero es algo que no puede permitirse.

'Deja de entrenar un solo día, y tu cuerpo tardará toda una semana en recuperarse', es algo que siempre le dijo su abuelo. Sus padres murieron poco después de que su hermana pequeña naciera, y fueron criadas por su abuelo. Desde niña, aprendió a usar la espada, tenía talento y fue algo que le gustó.

Con la tierna edad de cinco años, descubrió que era capaz de usar el chakra a pesar de no tener formación. Como en la aldea Hinode, su aldea natal, no hay una academia para formar a ninjas, acudió a la academia ubicada en la aldea de Kiri, por ser la más importante de su país.

No obstante, ella nunca tuvo interés en ser ninja, simplemente se formó para ser más poderosa. El querer proteger a la aldea de Kiri no es algo que se le pasara nunca por la cabeza, en todo caso quiere proteger a Hinode.

"Creo que esto bastará por hoy..."

Al terminar de hacer el último ejercicio, murmura, mientras se detiene por completo. Se dirige hacia una esquina, en donde tiene una toalla y una funda arrugada por no tener nada.

Se limpia el sudor con la toalla que tiene un lindo bordado de un conejito que su madre hizo cuando ella era pequeña. Para Ayame, es algo muy especial, un tesoro de su infacia.

La puerta se abre cuando todavía ella se está limpiando, y una jovencita de piel blanca y un pelo azul claro, y que ronda los 12 años, entra.

"Onee-chan, pronto voy a empezar a preparar la cena."

Cuando su madre murió, fue su abuela Sakura Furukawa quien crió a las dos hermanas, Ayame y Ringo, como si fueran sus propias hijas. Para Sakura, sus dos nietas eran lo más valioso de su vida, el recuerdo de su querida hija.

Pero, hace dos años, murió Sakura, quedando solo Ayame, Ringo y su abuelo Eizan Furukawa. Desde ese momento, fue Ringo quien se encargó de las tareas de la casa. A diferencia de su hermana pequeña, Ayame no es hábil en las tareas domésticas, y como ya ayudaba a su abuela, no le tomó esfuerzo el acostumbrarse a hacerlo.

Al escuchar a Ringo, Ayame sonríe. Mientras estaba trabajando como ninja, Ayame tenía que estar en Kirigakure, así que el poder oír a su hermana ahora es, para ella, algo maravilloso.

"Vale, gracias. Aun tengo que terminar mi entrenamiento, pero estaré para la cena."

Después de entrenar con la espada en el dojo, Ayame sale a correr, para luego terminar con un baño y cenar. Esa es su rutina diaria cuando está en casa.

Ringo se marcha para comenzar con los preparativos. En realidad, no hacía falta ir a junto de su hermana mayor, ya que es lo mismo siempre, simplemente lo hizo por puro capricho. Y, para Ayame, eso también es algo que aprecia enormemente.

AkayamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora