El encuentro

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Hola, soy Maya. Soy una chica de 16 años un poco rebelde, y la verdad es que estoy en un lío.

A un chico que conozco le pedí que me hiciera un favor dándole una paliza a un tío por 10 pavos. Pero ya han pasado cinco meses y sigue esperando a que le pague.

Y hoy me ha esperado en la puerta del instituto con una mirada amenazante de "me pagas o te mato"., y adivinad que. Me va a matar. Me empezó a en correr  y por suerte había una clase cerca y me metí.

Entré corriendo y me pegué a la puerta aliviada. Cuando abrí los ojos vi que toda una clase me estaba mirando.

- Llegas tarde. - Dice el señor Brown, el profesor de química.

- Espera, ¿yo vengo a esta clase?- Pregunto algo desconcertada.

- Sí, de hecho tendrías que haber venido desde principio de curso... y has faltado dos semanas. Quítate de la puerta y siéntate.

Eso me extrañó pero me salvó de que ese tío me diese una paliza.
Como no tenía nada de material se lo pedí al de detrás de mí.

- ¡Eh, tú! ¿Me dejas un boli? - Digo haciendo que me dejara uno

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- ¡Eh, tú! ¿Me dejas un boli? - Digo haciendo que me dejara uno. - Y un folio. Y un rotulador. - Añado - Gracias.

- ¿Algo más? - Pregunta el chico.

- No.

Me giro hacia la pizarra. De repente suena el timbre y me doy cuenta de que me había quedado dormida. Y cuando empiezo a inmutarme, el tío del boli pasa por al lado.

- Buenos días.

- Que te den. - Digo molesta medio dormida mientras el sale por la puerta.

Recojo y antes de salir miro hacia los lados para ver si se ha ido ya al que le debo dinero. Como no le veo salgo y de repente el tío sale de la nada.

- Capullo, casi me da un infarto.

- ¿Enserio? Me la suda, dame la pasta.

- Ahora no la tengo.

-El problema es que nunca tienes los miserables 10 putos pavos.

- Tranqui tío. Ya te los daré.

- ¿Cuándo? ¿Cuando te cases? ¿Cuando tengas un hijo? ¿Cuando tengas nietos? ¿En tu funeral?

- Puede.

- Te vas a enterar.

Cuando me iba a dar un puñetazo un tío vino y me salvó.

- Gracias tío de mallas ajustadas. - Le digo a la persona que me había salvado.

- No me llames así, me llamo Spiderman.

- Si, si. Y tú, como sabías que estaba aquí a punto de llevarme una hostia. ¿Tienes una spiderseñal o algo así?

- ¿Qué? Por supuesto que no.

- Gracias y hasta otra.

- Espera, ¿como sabes que nos vamos a ver otra vez?

- Soy una chica problemática, así que es probable. Oye, me puedes llevar a casa con las telas de arañas esas que salen de tus manos.

- Eeeeh... si claro.

Cuando llegamos a mi casa mi padre estaba sentado en las escaleras del porche con una taza de café.

- Hola papá.

- Maya, ¿donde estabas? - Pregunta mi padre.

- Es una larga historia.

- ¡Espera! ¿Tú padre es Tony Stark? - Pregunta el tío de las mallas.

- Si. ¿Tanto te sorprende?

- Se sorprende por todo. - Interviene mi padre. - Trabaja para mí.

- ¿Enserio? Enhorabuena chaval. Trabajar para mi padre no es sencillo y con él más todavía, solo tienes que haber nacido gracias a su esperma.

- Maya, no digas tonterías. ¿Sabes que él va a tu instituto?

- ¿Enserio?

- Si. - Contesta algo tímido.

- Y ¿le conozco?

- No sé. Chico, quítate la máscara. - Dice para que esté le haga caso.

- ¿Tú? ¿El tío del boli?

- ¿El tío del boli? - Pregunta mi progenitor confuso.

- Si, es que hoy me ha dejado un boli.

- Si. Y me llamo Peter, por cierto.

- Muy bien por ti.

- Sé amable porque tendrás que trabajar con él. - Y entra a casa.

- ¿Qué? ¡Papá! - Digo siguiéndole.

Cuando estamos los dos en casa Peter se va.

Espero que os haya gustado, y hasta el próximo capítulo.

Desconocidos #1 [Terminada] (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora