Sweet Girl & Stupid Gentleman/Corbyn Besson|TERMINADA|

Último/Capítulo 30 Parte I

"My Gentleman"-"Mi caballero"

Punto de vista de Alex

Abracé a Corbyn con todas mis fuerzas, y una corriente extraña vino de debajo de mis pies y recorrió todo mi cuerpo. Respiré su colonia y acaricié su cabello, me sentía en casa, apreté mis ojos, no quería ponerme a llorar ahora.

—Alex, estás aquí—susurró su voz, mientras acariciaba mi cabello.

—Si—respondí sonriendo acomodando mi cara en su hombro.

Entonces reaccioné, y dejé de abrazarlo. En su cara se dibujaba una sonrisa tan auténtica que nada podría borrarla de mis recuerdos. Solté una risa nerviosa ni siquiera podía decir nada, peine mi cabello como si eso arreglara mi aspecto desalineado. Dios habían pasado más de cuatro meses.

—Eh, viniste a...—señalé detrás de mí como si el condado de Devon quedase hacia allá—...viniste a la pastelería y ah...yo traté de llamarte pero...¡Dios, no sé ni qué estoy diciendo!—exclamé lo último tapándome la cara con mis temblorosas manos.

Me reí nerviosa, Corbyn también lo hizo y dejé de cubrir mi cara. Lo vi de nuevo, y él sólo ladeó su cabeza con una tierna sonrisa en los labios. Y cuidadosamente me quitó algo del cabello.

—Tenias un poco de chispas de colores—dijo y abrió paso en la acera—¿Te apetece dar un paseo?—Corbyn señaló en dirección del Támesis.

Asentí con la cabeza y pasé un mechón de cabello detrás de mi oreja. Comenzamos a andar.

—Bueno, intenté llamarte, pero no...—Corbyn me interrumpió.

—Perdí mi teléfono en algún lugar, espero que haya sido en donde hicimos la entrevista—dijo metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón.

—Oh espero que no haya sido en el tren—comenté viendo cómo evitaba mirarme, era extraño, parecía nervioso.

—No ha sido en el tr...

Estábamos por doblar la esquina cuando alguien nos gritó. Nos giramos a ver de quien se trataba.

—¡¿Corbyn?! ¿A donde vas?—preguntó un chico que se parecía a Daniel un poco, venía trotando preocupado.

—Daremos un paseo, Bambam—le dijo Corbyn tranquilo.

—No hay tiempo, debemos estar en el aeropuerto dos horas antes del vuelo—le recordó el chico con mucha prisa y de pronto me miró—Oh disculpa, Soy Tyler, un placer conocerte—dijo extendiendo su mano.

—Alex, el placer es mío—estreche su mano.

—Tyler, volveré en menos de diez minutos—Corbyn aseguró tomando mi mano como alistándose para salir corriendo y llevarme a rastras.

—Ni un minuto más—el chico Tyler dijo resignado.

—Gracias, viejo—le agradeció con una palmada en el hombro.

Y como me esperaba me comenzó a halar a sus locuras de último minuto. Íbamos zigzagueando por las calles.

—¿A donde me estás llevando?—le preguntaba corriendo a su ritmo.

—Ya lo verás—dijo y corrimos otra calle más hasta que nos detuvimos frente a un pequeño supermercado.

—Hemos perdido cinco minutos corriendo—hablé como una exagerada y jadeando del cansancio.

Corbyn se rió un poco, jadeando también.

—¿Y bien?

—¿Y bien qué?—pregunté yo confundida.