Prólogo
Nadie sabe lo que te puede preparar el futuro, pero si todos saben cuando termina un ciclo, es doloroso saber que puedes perder a tus amigos y que nunca los puedas volver a ver, bueno eso es lo que les puede pasar a nuestros protagonistas.
...
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~ Isa ~
Ya había pasado un mes, parecía que todo pasaba muy rápido ya mero se acercaba la graduación, pero parece que no nos importaba porqué aquí estábamos todos sentados en el sofá sin saber que hacer.
- ¿encerio?, Nadie sabe que vamos hacer - dijo Alex quien estaba sentado de un lado del sofá
- al parecer no - comento Caro
- iré a comprar - se puso de pie Alex
- me traes unos gansitos - le dijo Emilia
- okey- voltio los ojos - algo más
- yo quiero unos rufles - le sonrió Caro
- cacahuates - le siguió alexander
- adivino, Isa tu quieres una Sabrita picosa, ¿Verdad? - me miro
- sí - me reí
- pues ya me voy, a ver si no se me olvida algo - se dirigió a la puerta
~ Alex ~
Me encontraba en la tienda agarrando todo lo que me habían pedido, rufles para Emilia o eran cacahuates, en eso estaba acordando todo lo que me habían pedido cuando me tope con un joven de cabello castaño, de comprensión delgada y con lentes, cuando me vió agachó su cabeza y se alejó, en mi cabeza solo me decía, ¿Es el?, ¿pero como?, ¿Acaso es una alucinación?, Entre otras cosas, que me rodeaban en la cabeza.
Termine de comprar y me dirigi a la casa de Isa.
~ Alexander ~
Cuando llegó Alex con las cosas me di cuenta de que algo le pasaba algo ya que estaba algo medio raro, más de lo costumbre, como si ubiece visto algo.
- creo que iré hacer té para tomar - me pare del sofá - ¿me ayudas Alex?
- solo tienes que sacar agua y ponerle el té y ya - tenía su vista en su celular
- si ya sé, pero nose dónde está el té - claramente que si se dónde está el té, solo quería que venga a la cocina
- hay Alexander - aparto le vista de su teléfono - hace más de 16 años que venimos a esta casa, como puede ser que no sepas dónde está
Se levantó de dónde estaba y fue conmigo a la cosina, entramos a la cocina, el se hacerco a abrir un cajón y saco la bolsita de té.
- carajos Alexander, parece como si nunca ubieces hecho té en casa de Isa - me dió la bolsa de té
- siempre ago té, ¿Además que carajos te paso en la tienda? - fue por una jarra para preparar el té
- nada
- así claro y tú crees que ya te creí - empecé a preparar el té
