Capítulo 89

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- ¿estás bien? – preguntó Mariana 

-sí, gracias, oye es verdad todo lo que dijiste de ellos-

-es verdad, mi padre financia parte de las becas que se dan en el instituto y sobre Diego, lo conocí cuando iba como el a especialidades, por cierto, estuve pensando y creí que mi mamá podría valorar tu condición puede que sea posible una cirugía-

-no Mariana, gracias por la ayuda, pero en primera yo estoy feliz con mi amigo de allá abajo y segunda los doctores me han valorado múltiples veces y me dicen que es riesgoso, aprendí a valorarme y a vivir con algo de más o algo de menos en mi cuerpo- 

-bueno, pero si necesitas algo no dudes en pedirme ayuda- las chicas se abrazaron 

-vamos a bañarnos, todos ya están en los dormitorios y nosotros aquí- dijo Ash para dirigirse con Mariana al vestidor.

Esa noche Ashley se quedó en la sala de TV viendo una película, del frigo bar saco una lata de refresco de limón y del estante saco una bolsa de palomitas, las preparo con salsa y se sentó en los primeros asientos de la sala de TV, un chico unos centímetros más bajo que ella le habló, por la oscuridad le fue imposible reconocer su rostro.

-mmm ¿necesitas algo? – dijo Ashley

-no-

-eres tu Aldo-

-así es-

-por favor no me molestes ni me pegues, juro no decir nada de lo que sucedió hoy, pero no me hagas nada-

-tranquila, solo quiero que hablemos ¿puedo sentarme? –

-ssssi…claro- respondió tímidamente Ashley

-perdóname, es la primera semana que convivimos y yo ya estoy molestándote, es verdad todo lo que dijo Mariana, soy un “becado”, mi padre estuvo ahogado en deudas por mucho tiempo y mi beca permaneció, soy el menos indicado para juzgarte, tú tienes dinero, tu padre es dueño de una cadena multimillonaria de hoteles y restaurantes en los lugares más caros del país e internacionalmente y tu mamá es una de las mejores abogadas, con el bufete jurídico más prestigiado de México y yo, yo solo soy hijo de señores socios de cualquier empresa, nunca han podido conseguir construir su propia empresa ni su propia fortuna-

-pero tú eres buen chavo, no debes avergonzarte, la familia tarde que temprano consigue sus sueños, tus padres hacen lo posible por sacarlos adelante a ti y a tus hermanos, eres un chico de buen corazón, solo que a veces nos gusta juzgar a las personas sin conocer la historia- Aldo sonrió ante las palabras de Ashley –quiero preguntarte algo-

-si claro, te escucho-

- ¿Cómo sabes de mi familia? –

-es sencillo, basta con meterse a Google, buscar tus apellidos y aparecen unas largas listas de hotelería y restaurantes y sobre tu mamá, es porque le gano a mi padre en un juicio, claro, tu apellido Mosa no es tan común, te busque en Facebook y ahí salió la foto de tu madre, además las revistas, periódicos, entre otras cosas-

-vaya nunca pensé parecer tan “importante” para alguien-

-mmm pues lo eres, pero yo solo quiero pedirte disculpas y quiero que seamos amigos- Aldo estiró la mano frente para estrecharlas 

-mmm podemos intentar ser amigos, tienes que saber que me cuesta perdonar y además soy muy insegura, tú sabes por mí- Ashley agacho la mirada y susurro la palabra “condición”

-eso no será problema, te tendré paciencia- los chicos estrecharon las manos y se abrazaron tímidamente –bueno me voy, que tengas bonita noche, descansa- Aldo se levantó y se giró –por cierto, no es por nada, pero la neta se la ganas a cualquier chavo, ánimo campeona- Aldo levantó su dedo pulgar en forma de like y le guiño el ojo, Ashley solo se sonrojo, nunca nadie me había hecho un alago por su condición y menos un chico, hasta ahora quien les podía dar notas claras sobre Ashley Jr es Joy.

Esa noche Ashley terminó de ver la película, colocó el control en el estante, depositó la basura en su lugar y se fue a su habitación, a la mañana siguiente se despertó a las 6 am, así que aprovecho para irse a nadar un rato, sus cosas estaban listas para cuando llegara Jorge, a las 7:00 am salió de la alberca, tomo una ducha rápida, cuando salió vio a la orilla de la alberca un cuerpo conocido, estaba triste al parecer y sollozaba.

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