Capítulo 13

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Capítulo 13

Joseph


Una semana después.

Ha pasado ya una semana desde que las cosas con Madeline han tomado un curso... Mucho mejor, por así decirlo. Sé que aún tiene sus dudas; pero no le puedo revelar las cosas como de verdad quisiera. Primero, porque me odiaría, y segundo, porque al enterarse mi padre de ello, probablemente la maté.

Son dos cosas en contra que no quiero. Nadie me había importado tanto, hasta ahora, como esa morena.

***

Hoy era mi cita con Mad. Decir que estoy nervioso es poco.

¿Y cómo pasó? Bueno. Esa noche en su habitación, luego de haber hablado las cosas, tomé la iniciativa de invitarla a salir, ella, raramente, aceptó sin quejas.

Tengo las manos en mis bolsillos y la mirada perdida en el suelo en cuanto escucho una puerta abrirse. Levanto la mirada hacia al frente y puedo apreciar la maravillosa vista que está me da. Mi garganta se seca y por un momento siento que el aire me falta. Decir que Madeline está hermosa, queda muy corto para semejante diosa.

El vestido rosa pastel que lleva ajustado a su cuerpo, le da un aire de inocencia y sensualidad, que cualquiera quedaría embelesado, (cómo yo).

- Hola... - su tímida voz llena mis oídos y me hace sonreír casi al instante.

- Estás hermosa - digo sin pensar, logrando que Mad se sonroje al instante - Digo... Hola... - me rasco la nuca un poco incómodo. No por ella, sino por la situación.

Ella suelta una risita risueña - Gracias... También estás guapo... - muerde su labio inferior luego de soltar aquellas palabras y mi sangre hierve. (En el buen sentido)

- ¿Sí? - le pregunto curioso. Me doy una mirada rápida y creo que no hice mucho para verme bien. La verdad sólo me coloque mi típica ropa oscura; jeans ajustados, con una cazadora de cuero marrón, por dentro una camisa de lino negra y unas botas cafés desgastadas. La verdad estoy como siempre...

- Gracias... Hmm... Supongo.

Madeline se echa a reír. La miró sin entender - ¿Qué es tan gracioso? - le pregunto subjetivo. 

- Tú - me señala - No sabes actuar cuando alguien te da un buen cumplido y es gracioso - se encoge de hombros con un gesto divertido.

Fruncí el ceño - Sí, bueno... Cómo sea... ¿Nos vamos?

Ella asiente, aún llevándose risas mínimas consigo. 


***

-

Bien, ¿te apetece comer comida italiana? - le pregunto a Madeline, mientras conduzco a quien sabe dónde. Solo sigo las indicaciones de los carteles.

- Hmm... Creo que aquí no hay restaurantes de comida italiana...

La miro aterrado - ¡Hey! ¡No me mires a mí, ve la carretera! - grita aterrada.

Hago lo que me dice - ¡¿Cómo es que en este pueblo no hay comida italiana?! - me quejo anonado.

- Bueno, Joseph. No todos venimos de grandes y prestigiosas ciudades como tu y tu familia. Así que aquí, hay lo que hay - el picor en su tono de voz es bastante notable. La morena se ha ofendido parcialmente.

El verano que te conocí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora