Capítulo 1

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Madeline Bell

Julio


Está haciendo un calor del demonio, y se debe gracias al verano. Siempre he preferido el frio y así será por los siglos de los siglos, no hay nada más rico que estar acostada envuelta en tus sabanas más cálidas como un burrito, mientras miras muchas series o películas por netflix y comes mucha comida chatarra a tu placer. Pero no, no estamos en invierno, así que mis ilusiones de estar enrollada como un tamal se desvanecen.

- ¡Que puto calor! – exclamó la dulce princesa.

- Te escucha mamá y te acusa con la tuya – me burlo de mi mejor amiga la cual tiene cara de pocos amigos.

- Ya no tenemos 12 años, Mad – rueda sus ojos. Definitivamente alguien se levantó con el pie izquierdo...

- ¿Por qué tan amargada, eh Lee? – Paso mi brazo amistosamente por sus hombros y ella al mismo tiempo lo aparta con fastidio, dejándome con el ceño fruncido – Ya, Kaylee, ¿qué sucede? – preocupada, le pregunté.

Lee suspira y se echa hacía atrás cayendo de culo en el sofá que pertenece al patio de mi casa, - Si ya lo sabes, ¿para qué preguntas?

Al escuchar sus palabras me quedo pensando unos momentos en que podría ser... - ¡Que va, me rindo! No sé de qué hablas – imito su misma acción y caigo a su lado.

- Que poco piensas amiga – se burla con sarcasmo, ladea su cabeza y me mira con ojos melancólicos - ¡es por Elvis!

¿Es en serio?

Abro ligeramente mi boca esperando que algún argumento sarcástico salga de esta, pero nada pasa, mi yo interior se palmea la frente sin poder creerlo.

- ¡¿Estás molesta de esa forma por el flacucho desnutrido ese?! – le pregunto sin poder creerlo – Y yo que pensaba que el calor te tenía de esa forma, no mujer, estas mal.

Lee se encoje de hombros, no tomándole importancia al insulto que acaba de recibir su "crush" por mi parte.

- Las vacaciones de verano serán aburridas sin él – la miro ofendida colocando una mano en mi herido corazón.

- Pues gracias mejor amiga...

- ¡No me mal entiendas!, contigo me la paso 24/7 y con él... solo mi oportunidad de verlo era en la universidad y por la ventana de tú cuarto... – hago una mueca rara hacía mi amiga - ¡ahora no podré hacer ninguna de las dos cosas! Y eso me enoja bastante.

Kaylee se cruza de brazos como una pequeña niña encaprichada, - de verdad Kay, deberías considerar ir al psicólogo – en efecto a eso, me gano un cojinzaso en mi brazo derecho - ¡Hey! No es mi culpa que estés tan obsesionada con esa cosa fea y necesites ayuda de un profesional.

- Ja ja ja, que graciosa – me da su mejor poker face y sigue – no es tan feo... bueno, tal vez un poquito... - alzo mi ceja izquierda, sin creerle - ¡sus sentimientos son los que cuentan!

Ella vuelve a refunfuñarse, lo que causa que me ría hasta dolerme la panza, - ¡ya basta, no es gracioso...!

Al verle su cara como un tomate, empiezo a parar las risas hasta calmarme, - ya, ya, ya me calme... - Lee sigue con cara de mal humor y hago lo siguiente, me tiro encima de ella, sin que se lo espere, para darle un abrazo – sabes que te amo, pequeña Lee – le beso la mejilla sonoramente, ella bien fastidiada intenta quitarme de encima.

Se rinde cuando ve que no logra ni moverme un centímetro, - ¿ya podrías bajarte? Pesas...

Me río, - no hasta que me digas que me amas.

- No.

- ¿No?

- No...

- Ah, bien – me presiono más contra ella, lo cual hace que le truene algo de su cuerpo, desconociendo de que parte, Kay empieza a quejarse, pero yo no sedo, - ¡Ya, joder, te amo!

Con risas le digo, - ¿segura?

- Sí, sí, eres lo que más amo en este mundo...

- ¡Oww, que lindaaa!

Como prometí, me bajo para volver a mi puesto anterior con una sonrisa llena de satisfacción en mi rostro.

La exagerada, toma aire profundamente para luego soltarlo, - ¡casi muero ahí abajo, ¿qué está mal contigo?!

- ¿Por qué siempre dramatizas todo? – le pregunto mientras ruedo los ojos.

Ella ríe y alza un poco los hombros, niego divertida y giro mi rostro para ahora quedarme mirando hacia la piscina, mi mente viaja por un rato mientras mantengo mis ojos en el agua, me pongo a pensar de repente en mi padre, hace 2 meses no lo veo, por cuestiones del trabajo, así que solo somos mamá, George y yo, se nota bastante su ausencia en la casa y eso me pone un poco afligida. La verdad tengo el privilegio de tener a mis dos padres juntos y tener una buena relación con ellos, no cualquiera se permite eso.

Es algo normal que papá esté de viaje, pero esta vez ha sido el viaje más largo que haya tenido y lo odio en verdad.

Todos en la casa lo extrañamos.

- ¿En qué piensas? – Kaylee interrumpe mis pensamientos, desvió mis ojos de la piscina para ahora colocarlos en ella.

- En papá...

Ella hace una mueca, comprendiendo, - ¿no ha dicho fecha de expedición aún?

Niego, - no... puede que le den un mes más allá.

Lee abre grande sus ojos, - Wow, eso es mucho tiempo... lo siento Mad.

- Solo espero que este bien.

- Lo estará, tu padre es muy bueno en su trabajo – coloca su mano en mi hombro y lo presiona suavemente, dándome fuerzas.

Le sonrió, - tienes razón – Lee me devuelve la sonrisa.

- Oye, anoche oí a mi mamá hablar con unos clientes.

- ¿Y qué pasó?

- Les vendió una casa... pero no cualquier casa, Mad – ella hace una pausa y me mira con ojos abiertos – les vendió la casa del viejo alcalde.

Alzo la cejas perpleja, - ¿en serio?

- Sí, al parecer son ricos.

- Oh Lee, si no me dices no me doy cuenta, eh.

Ella rueda los ojos, - ¿puedes dejar el sarcasmo por un momento?

- Cuando dices cosas como esas, es inevitable hacerlo.

- Enfoquémonos, ¿ok?

- Ok, ok.

- Según llegaran esta noche – Lee rasca su barbilla como si estuviera pensando algo, - me veré obligada a preguntarle a mamá quienes son, aunque dudo que me diga, según, "está bajo confidencialidad" para no hablar de sus clientes – bufa – que patético.

- Las personas quieren su privacidad para que personas como tú, no se metan en su vida – me encojo de hombros y me levanto de mi asiento, - ya luego averiguaras, pero primero vamos a prepararnos algo de merienda.

Estiro mi mano hacía a Kaylee para que la tome, ella a regañadientes lo hace y camino hacía dentro, jalando a la castaña conmigo.

Este día será lleno de mi mejor amiga tratando de adivinar cómo serán sus nuevos vecinos, aunque, aquí entre nos... a mí también me da un poco de curiosidad... 


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All the love, Angela.

El verano que te conocí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora