Capítulo 10

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Capítulo 10


Joseph


¿Fue tan fácil? ¿Así de sencillo accedió a venir conmigo? Si alguien me lo hubiera dicho, probablemente lo hubiese golpeado en la cara o solamente me hubiese reído en la propia.

El silencio que se proporciona en la habitación es asfixiante, ella está ahí parada, bebiendo de la botella, mirando mi habitación como si fuera lo más interesante del mundo.

Al verla entre la multitud, hace 40 minutos atrás, me ha dejado un poco... acalorado; ella bailando, sola, como si solo existiera ella y la música, fue algo fascinante de observar. No pude evitar sentir un poco de molestia al verla bailando con ese chico; en ese momento me dieron ganas de empujarlo lejos de ella e insultarlo. Pero me contuve, por el bien de todos y porque bueno, no quería cagarla más con Madeline.

- Entonces... - empiezo rompiendo el hielo.

Mad me mira y hace una mueca, - Entonces – sonríe. ¿Sé está burlando de mí? - ¿Qué pasa? ¿Te ha comido el gato la lengua? – pregunta con diversión.

Sí, definitivamente se está burlando, - ¿No es el ratón? – pregunto irónico.

Ella se encoge de hombros, con una sonrisa traviesa, - ¡¿Qué más da?!

Para no reír, muerdo mi labio inferior, ocultando la sonrisa que intenta salir; en eso me fijo en el momento en el cual pasa de mis ojos, a mi boca en una fracción de segundos.

Eso me hace sonreír, - Sí, qué más da – repito, para hacerla reír levemente. Me animo y me acerco un poco a ella, necesito sentir su cercanía. Últimamente es lo que necesito...

Madeline no retrocede, si no que hace lo mismo; cuando sin notarlo, solo estamos a unos pocos centímetros de rozarnos con nuestros pechos.

Me inclino un poco, su cabeza se alza y me mira con esos grandes ojos cafés. Relamo mis labios, al notar que esta está sujetando los de ella, provocativos y sensuales. Sé que me está tentando, pero a la mierda, deseo probarle. Me inclino un poco más, la miro y ella solo me observa la boca, eso me incita a no detenerme; cuando estoy a milímetros de está, ella se aparta.

Mierda.

- Me debes respuestas – dice tangente – No vine aquí a liarme contigo, no soy ninguna conquista tuya, Joseph.

Mad se aparta dejando una distancia dolorosa para mí. Pero ella tiene razón, vino con propósito y pensé en distraerla, pero al parecer eso no funciona con ella.

Alzo mis manos, en forma de rendición, - Es cierto, es cierto... - camino hasta mi cama y me siento en el borde de esta – Ven aquí – palmeo varias veces el puesto a mi lado.

Ella me mira desconfiada, - No trataré nada raro, lo prometo – le aseguro. Madeline asiente por fin y se acerca para sentarse a mi lado, - ¿Y bien? ¿Qué preguntas tienes? – Sé que no le puedo revelar nada de mi familia, si lo hiciera, probablemente saldría corriendo de aquí. Así que he decidido ser medio sincero con ella, de buena fe - ¡¿Y bien?! – insisto cuando veo que se ha quedado colgada en el espacio.

- Estoy pensando, ¡no presiones! – aprieto mis labios, un poco impaciente.

- Soy uno de los anfitriones de la fiesta, no puedes retenerme para siempre – le digo burlón. Pero al mirarla, me percato que no le ha dado nada de gracia mi comentario.

- Si quieres, puedo irme, no estás obligado a contarme nada – ella se levanta, claramente molesta, cuando empieza a alejarse mí, camino rápido hacia ella y la cojo del brazo.

El verano que te conocí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora