Capítulo 14

13 1 0
                                    


Joseph en multimedia.



Joseph

No puedo expresar con palabras lo que siento en este momento. Pueden pensar que es muy rápido o que he perdido mis cabales. Pero no es así, - O tal vez puede que sí... - Pero Madeline me gusta, con locura sí he de admitir. Su manera de ver las cosas, su lenguaje corporal y... esa sonrisa... tan preciosa y llena de tanto brillo. El carisma que posee está chica no la tiene cualquier mujer que haya conocido antes, es... Tan única... Tan... Ella. Simplemente es ella misma.

Mad viene, desde que salimos del restaurante, hablando sobre muchas cosas con ánimo y emoción; yo la oigo con atención mientras manejo.

La miró de vez en cuando y ella me reprocha porque debo poner atención a la carretera - Cosa que tiene razón - Pero me encanta llevarle la contraria, solo porque me gusta verle exasperada.

- Joseph - su voz es amenazante en cuanto dice mi nombre. Yo la miro por unos segundos, con una sonrisa inocente y ella me golpea - ¡No hagas eso!

Gruño, - ¿Hacer qué? - me hago el desentendido.

- ¡Mirarme cuando manejas, idiota! - yo suelto una risotada.

- Amor, estás hablando con un profesional - le digo con cierta arrogancia.

Mad solo rueda los ojos e ignora el hecho que le haya llamado "amor"

Auch...

Suspiro resignado, - Ya, Mad... No volverá a pasar, ¿Sí?

No quito la mirada de la carretera, pero siento como ella se ha volteado y me está penetrando con esos ojos avellana.

- ¿Lo prometes? - su voz es pequeña. Parece una niña asustada y eso me confunde.

Sin preguntar mucho y para no darle más angustias, asiento.

- Lo prometo, linda.

El ambiente se compone y sé que la morena se ha relajado lo suficiente.

Tengo una leve curiosidad por su actitud y su cambio de humor en cuanto bromeaba sobre quitar la mirada de la carretera, tomando en cuánta que no habían tantos carros circulando por esta.

Pero tampoco quería ser tan entrometido, tal vez algún día le pregunte sobre eso, pero hoy no.

***

Luego de unos 15 min, por fin estábamos frente a su casa. Nos bajamos de mi auto a la par y la acompaño hasta su puerta.

Quedamos frente a frente. Ella me mira con una pequeña sonrisa y yo no me resisto tanto para empezar a cortar la distancia que hay entre ambos.

Sus labios y los míos estaban a centímetros de tocarse, ninguno de los dos dice nada para no interrumpir lo que pasa a continuación.

Primero fue un roce, leve y caliente. Podía sentir su cálido y fresco aliento impactar en mi. Tengo que admitir que eso me encendía a millón. Bueno, toda ella me prendía como un fósforo. De tan solo imaginarmela a mi merced, siendo tocada y besada toda por mí... Joder, me ponía deseoso de tener más que solo besos...

El verano que te conocí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora