Capítulo 12

9 2 0
                                    


Capítulo 12


Madeline


Permanecí bajo el agua todo cuanto pude, dejando que ésta cayera sobre mí.Quería que me purificara, que me diera confianza. Pero la ducha caliente no me ayudó a relajarme como esperaba que lo hiciera. No puedo pensar en nada que vaya a calmar el dolor que siento por dentro. Parece infinito. Permanente. Como un organismo que se ha aposentado en mi interior y a la vez como un agujero que poco a poco se va haciendo más grande. 

Luego de dejar a Joseph, literalmente congelado en mi jardín. Decidí despedirme de Ayden rápidamente y meterme a mi casa. Estaba cansada, tanto físicamente como mental. Solo necesitaba una ducha, que calmara mi ansiedad.

Cerré la llave y salí de la ducha. Tomé la toalla que descansaba en el armario, me acomode está alrededor de mi cuerpo y me dirigí al interior de mi habitación. 

- ¡¿PERO QUÉ CARAJ...?! - mi grito fue ahogado en cuanto siento una mano tapando mi boca. Mi corazón iba a mil por hora en cuanto me percato de una sombra parada frente a mi puerta en cuanto abro esta. Del susto e impacto, mis ojos no pueden enfocar al intruso.

- ¡Shh... soy yo! - Tanto su voz y su rostro iban aclarándose con la luz de la luna.

Esto debe ser una broma... 

- ¡¿Pero qué demonios te pasa!? - le grito. 

- ¿Qué? - pregunta con el ceño arrugado - No te entiendo. 

Nos quedamos mirando. Bajo mis ojos hacía su mano y luego a él. Este hace lo mismo y de un momento a otro, le doy una manotazo a su mano que encarcela mi boca. 

Joseph se empieza a reír. Sí, se empieza a reír, en mi cara.

En vez de gritarle o llamar a la policía. Lo empiezo a detallar. Sus ojitos se achinan de una manera muy tierna que me hace olvidar por un instante que estoy molesta con él. Puede ser un completo idiota. Pero es un idiota totalmente adorable.

- Aún así sigue siendo un imbécil - me recuerda cruelmente mi conciencia.  

Y mi realidad vuelve en picada.

- Para - le digo seria. Hace caso omiso - ¡Para, Joseph! - al alzar mi voz. Su risa empieza a césar. Su mirada se vuelve avergonzada y su cuerpo se tensa.  

- Perdón... - por la posición en la que estamos, parece que yo fuera una madre reprendiendo a su hijo travieso - Creí que... era un buen momento para reírnos... 

- ¿Qué haces aquí? - le pregunto intentando mantener la calma.

- Te dije que no te dejaría ir. 

- ¡Y yo te dije que ya es muy tarde para eso!

- Sé que estás molesta... Pero por favor, escuchame... 

Él intenta tomar mis manos, pero soy rápida y lo esquivo antes. Joseph hace una mueca y parece... ¿herido? 

- Mira Mad , no te culpo por no querer volver a hablar conmigo pero siento que por alguna razón necesito realmente que me perdones - Oigo la sinceridad en la voz de joseph pero no estoy tan segura si fuera buena idea en volver a confiar. Parece que él se percata de eso y se rasca detrás de la nuca frustrado.

- Créeme Madeline que si no me importas no hubiera trepado esa ventana. Y estoy aquí tragándome mi maldito orgullo para decirte que lo siento y que me gustaría una última oportunidad - Acorta la distancia entre nosotros y veo la seguridad en su voz y en sus ojos.

El verano que te conocí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora