〖Trigésima Segunda Alma〗

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『❝La ironía del dolor es querer ser consolados por quien nos lastimó❞』

El ambiente que se sentía en el viaje de vuelta hacia la casa de Jimin era bastante pesado a decir verdad. Jungkook tenía la mirada gacha y los ojos llenos de lágrimas que corrían silenciosas por sus mejillas mientras abrazaba con fuerza su cuaderno.

El alfa, por otro lado, estaba silencioso, sumido en sus propios pensamientos, con un hueco en el pecho al sentir el aroma a tristeza del pequeño a su lado. Es decir... ¿Él siempre había vivido de esa manera? Le dedicó una mirada rápida y su lobo se encongió dentro suyo, aterrado por no saber cómo lidiar con la pequeña alma destrozada a su lado.

Así que llegaron a casa, y Jimin aparcó el carro lo más rápido que pudo. Cuando el artefacto dejó de moverse Jungkook le dirigió una rápida mirada de soslayo y luego volvió su mirada hacia el frente, parpadeando varias veces, como si hubiese salido de un repentino trance.

─Así que... ¿Quieres bajar conmigo? ─Preguntó el alfa, por primera vez, con la duda impregnada en su tono, algo que no había pasado en años.

─Yo... Sí ─ Jungkook se quedó contraído en aquel asiento, como si temiera ocupar más espacio del necesario, y Jimin solo pudo suspirar antes de salir del auto.

Rodeó el mismo y abrió la puerta con delicadeza, temiendo asustar al menor al hacer algún movimiento o ruido brusco.

Lo primero con lo que se encontró fueron aquellos vidriosos banales cafés, humeantes de depresión momentánea... ojalá fuese momentánea.

─Vamos, pequeño ─Sin su brusquedad habitual, extendió una mano a Jungkook, que receloso la tomó, para luego apretarla fuerte.

Ambos, tomados de la mano, caminaron tranquilos hasta la puerta de la casa, y Jimin la abrió rápidamente. Silencio lo recibió, y nunca pensó sentirse tan deprimido por eso.

Desde que había despedido a los sirvientes por su tosquedad, producto de la gran pérdida que ahora casi ni sentía presente.

─Alfa... ─ Jungkook tiró de su mano, haciendo reaccionar al mayor.

─¿Dime, pequeño?

─¿Tiene hambre? Ya está anocheciendo y usted aún no ha comido nada... ─Ante la declaración del menor, Jimin se sintió impresionado.

Miró por la ventana rápidamente y se dio cuenta de que en ese pequeño lapso de tiempo el cielo había obscurecido.

Debían ser más o menos las séis de la tarde, y él no había almorzado muy bien. Sus ojos volvieron a Jungkook, que lo miraba con la cabeza ladeada, como un cachorrito esperando una orden de su dueño.

─¿Entonces?

─Pues... Sí, tengo un poco de hambre. ¿Tú no tienes hambre? Puedo mandar a pedir algo para los dos ─ Jungkook se apresuró a negar.

─Puedo cocinar algo, Hyung.

─Si te sientes cómodo de esa manera, entonces adelante. Yo ─Apartó la mirada hacia aquella puerta blanca ─... Estaré afuera un rato.

─Hmmm...

Satisfecho con la respuesta, Jungkook soltó la mano de Jimin, y el alfa odió que lo hubiese sentido tan intenso. El frío jamás había sido tan notorio, y la ausencia de contacto no había sido jamás así de molesta.

Jimin apretó el puño y lo examinó por un largo tiempo, hasta que la voz dulce de Jungkook lo sacó de su trance.

─Hyung... ─Tras la pared, llamó Jungkook, asomándose tímidamente.

─¿Sí?

─Hoy... Comeremos juntos, ¿Verdad?

Ante la vacilación del pequeño, Jimin no pudo evitar soltar una risa nasal tenue.

─Comeremos juntos ─
Confirmó, dedicando sin saberlo, una sonrisa que calentó el pecho de Jungkook instantáneamente.

Sin decir nada más, el alfa salió del frío interior de la casa, únicamente para que un sereno mucho más fuerte lo recibiera, erizando los vellos que recorrían a lo largo de su cuerpo. La luna esa noche no brillaba tan fuerte, y proveía únicamente la luz necesaria para iluminar la obscuridad nocturna.

Caminó lentamente, casi con recelo hasta llegar al arreglo que le había hecho a JeonGuk, y se quedó ahí lo suficiente como para perder la noción del tiempo y la sensibilidad al clima. Miró la inscripciones "JG" y la pequeña frase que había grabado con tanto dolor aquel día.

«En memoria de mi único amor... mi único omega»

─Quizá YoonA tiene razón y debes de estar odiándome en este momento ─Soltó repentinamente─. Pero es mi deber. Estar con tu hermano, es lo único que me queda ahora.

«Y quizá lo único que me ayudará a seguir adelante

»Miró la foto que sobresalía en aquel arreglo, y se dio cuenta que estaba un poco arrugada. Eran ellos dos, sonriendo tan felices el día que él había decidido proponerle matrimonio, y cerciorándose de que Jungkook no estuviese cerca, sacó del saco de su traje la sortija que no se había atrevido a ponerse tras su ausencia.

Se sentía extraño, confundido... diferente. Tenía un gran nudo en la garganta que le impedía seguir hablando y sus sentimientos estaban a flor de piel desde que había notado al tembloroso y miedoso omega esconderse como un cachorro asustado detrás suyo, como si su sola presencia sirviese para sentirse más tranquilo.

Sus ojos se aguaron sin poder evitarlo, pero su rostro no se deformó. Su interior se encogió levemente y él se sentó frente al arreglo, dándose cuenta de que estaba descuidado y tenía tiempo en que no le cambiaba las marchitas flores que lo rodeaban. Habían hojas secas encima, también.

─Estoy tan confundido... me siento desolado y por primera vez no sé qué hacer... ─Sollozó─,¿Qué tiene él que lo hace tan diferente? Mi lobo está reaccionando y no sé cómo controlarlo... siento que te estoy traicionando, pero no sé cómo detenerlo, y tampoco estoy seguro de si quiero hacerlo, JeonGuk.

Parpadeó repetidas veces y limpió las lágrimas que corrían por sus mejillas, y luego talló sus ojos en un intento de detener su sensibilidad, pero fue inútil, pero no podía detenerse. Experimentó humillación y debilidad, y se sintió tan liberador que fue aterrador.

─Me he de ver patético hablando solo, pero... ¿Tú me estás escuchando, verdad? Al menos así no me siento tan solo.

Escuchó pasos, y entonces sus manos actuaron por sí solas, intentando ocultar lo que había pasado hacía segundos, los sentimientos que se supone, no tenía permitido experimentar, y se levantó antes de que Jungkook pudiese salir para encontrarse con un pasado que no quería recordarle.

Fue impresionante la rapidez con la que sus piernas se movieron, y corrió con nerviosismo, nerviosismo que no tenía un porqué, una razón de ser. Y sin embargo, cuando bajó la vista para hallar a Jungkook, se sintió jodidamente correcto lo que estaba pasando. Aún si no ocurrió en las mejores circunstancias, ver la sonrisa de Jungkook fue todo lo que necesitó para sentirse mejor.

Aunque sabía que Jungkook no estaba bien y solamente fingía estarlo. Aunque sabía que era intruso en un terreno desconocido. Aunque sabía todo eso, decidió omitirlo y enterrarlo en lo más profundo de su mente, y solo siguió a Jungkook, olvidando cerrar la puerta. Cuando llegó a la cocina, no evitó que una gran sonrisa lo atacase al sentir la agradable fragancia de la comida caliente recién hecha.

El ambiente familiar fue todo lo que necesitó para sentirse tan solo un poco mejor, y entonces, de su mente desapareció cualquier duda y dolor, aún si solo fue por un corto lapso de tiempo.

«Te escucho, Jimin»

» Esto es...

» Un gran avance, sí.

『❝He estado esperando por algo que jamás seráreal: Nosotros❞』

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Almas Gemelas¹ JIKOOK [Adap]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora