Almas Gemelas¹ JIKOOK [Adap]

〖 Vigésima Tercera Alma〗

『❝Olvidé cómo es sonreír de verdad❞』

Jungkook se miró al espejo de nuevo, recorriendo su figura de pies a cabeza, pensando que sin importar lo que se pusiera, lucía insípido, poco interesante y cero digno de estar al lado de un alfa como Park.

El traje blanco se pegaba demasiado a su cuerpo, sus gordas piernas no le gustaban, y sus labios no tenían solución. Sintió lagrimas acumularse en las comisuras de sus labios al pensar en ello, y tuvo que apartar la mirada y alejarse del artefacto antes de que rompiera en llanto.

Ah, él en sí era un problema que no tenía solución, ¿Cómo se suponía que controlara sus emociones? Últimamente se había dado cuenta de que era demasiado susceptible, como si estuviera embarazado, o quizá peor.

¿Cómo se suponía que iría a presentarse como el omega de Jimin con ese aspecto tan deplorable? Seguro se reirían de él y pensarían que JeonGuk era mucho mejor que él, y el aura llena de tensión que había estado rodeando a Jimin desde el día anterior se haría aún mayor cuando notase cómo estaba vestido.

Tres toques leves en su puerta le hicieron reaccionar y rápidamente se limpió los ojos, buscando eliminar los vestigios de su tristeza. El aroma a menta y lluvia de Jimin inundó sus fosas nasales y él pasó de estar triste a sentirse más calmado.

─¿Jungkook? ─Inquirió la persona tras la puerta, que era, obviamente, Jimin─ ¿Estás ahí?

─Y-Yo... ¡Sí!

─¿Puedo pasar? ─Preguntó el alfa, tomando el picaporte de la puerta sin atreverse a girarlo.

─Supongo que sí ─Jungkook apartó la mirada de la puerta y ésta se dirigió al espejo de nuevo, sintiéndose demasiado inconforme con cómo era.

La puerta rechinó un poco al ser abierta, y tras ella apareció un imponente alfa con un traje militar y una insignia lunar en el lugar donde se ubicaba su pectoral izquierdo, simbolizando que élera el jefe.

Jimin cerró la puerta tras suyo y caminó con timidez hacia el interior de la habitación de Jungkook. Su cara estaba seria, pero relajada. Las líneas de expresión ya no eran tan evidentes y eso era casi un alivio, porque de esa manera Jungkook no se sentiría tan intimidado y haría las cosas mucho más fáciles para ambos, por no decir más amenas.

Había estado merodeando fuera de la habitación de Jungkook, impaciente por irse, y preguntándose si debía o no pedir permiso para entrar. Pero al final se decidió cuando sintió el aroma de tristeza venir desde el interior de la habitación, haciendo bastante obvio que era Jungkook quien lo desprendía. Pensaba  que él no podía permitir que Jungkook estuviera triste, porque su sonrisa era hermosa y merecía ser lucida, y a demás, el omega no merecía sufrir de esa manera.

Él aún no lograba comprender el porqué del constante estado de tristeza de Jungkook, pero quería hacerlo. Si iba a convivir día a día con el omega, sería necesario que se conocieran y que eltiempo que pasasen juntos fuese bueno, no podía permitir que él estuviera triste. Y claro, también tenía que cuidarlo.

─¿Estás listo? ─Preguntó, buscando reducir a nada el incómodo silencio que se había creado entre ellos dos.

Jungkook dudó por unos cuantos segundos, y eso no pasó desapercibido para Jimin, quien se reservó el arquear una ceja para no hacer sentir a Jungkook que estaba siendo juzgado o algo parecido.

─No lo creo... ─Jungkook bajó la mirada.

Jimin se acercó a él, lentamente para no asustarlo. Su mirada se paseó entre el espejo, él y Jimin, y entonces el alfa tuvo una pequeña idea de qué era lo que estaba mal con Jungkook. Su semblante nuevamente era de decepción total, y él no entendía porqué.