Capítulo 1

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 -Vámonos, vas a llegar tarde – le dije a mi hermano menor mientras me colocaba mi capucha.

- ¿Por qué ocultas tus cuernos? – me preguntaba cada vez que me ve hacerlo con curiosidad y sin malicia – a mí me parecen cool.

Y solo puedo responderle la misma tontería cada vez.

-Cuando seas mayor lo entenderás, es mejor seguir los pasos de mamá y ganarte tu aureola, ahora ponte tu mochila y vámonos, se me hará tarde si nos distraemos tanto.

Me acerqué a mi madre para despedirme, una mujer fantástica la persona más buena que he conocido, no por nada su aureola resalta tanto.

-No tienes que ocultarlos aquí, Cristian y tampoco tendrías que hacerlo fuera de casa.

-Es fácil decirlo cuando tienes una aureola mamá, la gente no te teme, no te preocupes, prefiero mantenerlos ocultos.

La besé en el cachete y tomé a mi hermano de la mano para salir.

Salimos de la casa y empezamos a caminar para llegar a la parada del bus, la calle está muy tranquila por la hora. Tomamos el primer bus que pasó en dirección a la escuela de Daniel, hay más niños que portan su uniforme, llevados por sus madres o padres, todos con aureola en su cabeza ya que la directora prohíbe que los demonios nos acerquemos ahí con la excusa de que los niños son muy influenciables y al ver nuestros cuernos ellos actuaran mal para obtener unos igual, aunque conmigo hace una excepción, sabe que mi madre no puede traer a Daniel a la escuela todos los días y me permite traerlo a siempre y cuando mantenga los cuernos cubiertos. Esto debería ser considerado racismo ¿no? Es lo que pensé cuando me propuso la idea, pero, como le dije a mi madre, realmente prefiero mantener los cuernos cubiertos, a diferencia de muchos otros demonios, no me siento orgulloso de ellos.

Cuándo a la escuela, solté de la mano a mi hermano para que pudiera saludar a sus amiguitos y lo seguí de cerca, en la puerta de la primaria estaba la directora. Normalmente los cargos con cierto poder se los dan a los neutros, pero ella construyo esta escuela así que le permiten ser directora, aunque sea un ángel.

- ¿Otra vez tu madre está enferma, Cristian? – me dijo la directora mientras guiaba a adentro con una seña a Daniel.

-Ehm, no la verdad no, pero tiene trabajo hoy y no iba a poder entregarlo.

No dice nada malo cuando me ve, pero estoy seguro de que no soporta la idea de que un demonio esté cerca de ella.

-No hay problema, solo mantén tu gorro puesto para que no muestres esas cosas – mientras señalaba mi cabeza.

Me encantaría hacer algo más que solo asentir, pero realmente no quiero que saquen a Daniel de esta escuela por eso, así que me callé, asentí y di media vuelta.

Bonita charla directora, bonita charla. Yo mismo asistí a este lugar cuando era pequeño y sé que son buenos, pero cuando mis cuernos surgieron, más grandes incluso que los de algunos adultos, todos ahí me temían y los maestros ciertamente no me trataban como a su favorito. Aunque por Daniel no me preocupo, es un buen chico y sigue siendo neutro como el resto de los niños, así que seguramente todo está bien.

Compré un refresco en una máquina para tomarlo mientras esperaba el bus que me llevaría a clases, esta zona es bastante segura, sé que puedo relajarme y bajar la guardia, es lo que necesito ahora, el trabajo ayer fue duro así que estoy exhausto.

A una cuadra de la parada del bus, una chica de sombrero negro y vestido blanco sale de una casa muy linda, bueno realmente yo diría que se trata de una mansión.

La chica empezó a caminar hacia mí, o bueno, hacia la parada del camión quizá, pero una mujer mayor la llamó para que regresara, un poco triste, pero obedeció.

CUERNOSWhere stories live. Discover now