CUERNOS

Capítulo 4

Sonó mi despertador a las 7:30 am, lo escuché y lo apagué al instante, no quería despertar a nadie, era sábado, así que no tenía que despertar tan temprano normalmente, pero con la falta de medicamento para mi madre era mejor que hiciera lo menos posible, yo me encargaré del desayuno.

Me puse un pantalón y antes de salir de la habitación me miré al espejo, tenía moretones en los lugares donde me había pegado Escorpión, me dolía con solo moverme. Me puse la camisa para ocultarlos y salí, todo tenía que estar listo alrededor de las 8:30 am.

Preparé hot cakes, mi hermano los adoraba y no son muy difíciles de hacer, sirven como un buen desayuno. con esto evitaré que mamá se canse más de lo necesario. Todo estaba listo cuando ella salió de su cuarto, abrió la puerta vi a mi hermano aun adormilado sentado en la cama.

-Todo está listo, hot cakes para desayunar – Daniel pareció escucharme pues salió corriendo y se sentó.

-Oh, nuestro chef personal ya alistó todo ¿Que tenemos de postre? – dijo mi madre mientras tomaba asiento.

-Es un desayuno mamá, no hay postre.

Le puse sus platos a cada uno y serví los míos en mi lugar, después empecé a inspeccionar en el refrigerador en busca de mermelada y miel. No hay miel y solo hay un poco de mermelada, compraré también.

-No hay miel, hoy solo serán con mermelada – me senté y pasé la mermelada a Daniel mientras yo empezaba a comer.

-Aun mo empiendo – empezó a hablar Daniel con la boca llena, pero tragó y retomó su oración – aun no entiendo por qué no comes mermelada.

-No hables con la boca llena, cielo.

-Prefiero las cosas saladas.

En parte mentí, si me gustan más las cosas saladas, pero no me disgustan las dulces. Realmente la mermelada no me empalaga, desde que nos quedamos solos dejo que él y mamá se coman todas las cosas dulces. Ella parecía estar bien, es normal teniendo en cuenta la hora del día, aún no había hecho realmente nada.

Terminamos nuestro desayuno y volví al refrigerador para buscar más cosas faltantes en él, recorrí toda la cocina, después el baño y mi cuarto.

- ¿Les hace falta algo del supermercado?

-No realmente ¿Irás a comprar? – Asentí – Vamos contigo.

-No es necesario, mamá, yo puedo, además llamaré a Alan para que me ayude – lo intentaré, pero si no puede traeré todo yo.

-No lo molestes, es sábado, seguro tiene mejores cosas que hacer, iremos todos.

-No, mamá, iré yo. Ya no tienes medicamentos, no puedes darte el lujo de cargar cosas y caminar por ahí, malgastas energía.

-Daniel, ve a ver la tele anda – dijo mientras se acercaba a mí – No tienes que preocuparte tanto, puedo sobrevivir sin tantas drogas en mi cuerpo.

-Lo sé... pero mientras no las tengas no podrás llegar al final del día estando bien.

-Escucha, aprecio lo que haces, pero me haces sentir un poco inútil aquí, trabajas todos los días hasta las tantas, vas a la escuela durante la semana y ahora en sábado te despiertas temprano para hacer mi trabajo.

-Tengo los domingos libres...

-Sabes cuál es mi punto.

-No quiero que te esfuerces.

-No puedes hacer que no haga ningún esfuerzo en nada, bebe, también tú tienes una vida, y por mí no la estás viviendo como se debe ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por diversión?