❝ 𝓡𝓸𝓽𝓸 ❞ ┋𝓡𝓾𝓼𝓐𝓶𝓮

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- ¿América? - toco el hombro del mencionado llamando la atención de este, el cual inmediatamente volteo su mirada a verlo mientras sus gafas se caían dejando ver sus ojos algo rojos y un poco hinchados de tanto llorar.

- ¿uh? - lo vio a los ojos abriéndolos como platos al ver quien era aquella persona - ¿Russia? - soltó una pequeña risita algo débil.

- ¿América pasa algo? - volteo la silla quedando en frente del mencionado colocándose en cuclillas para estar a su altura, un poco más bajo la verdad.

- Si... ¿Y tú como has estado? nunca te había visto antes en una reunión - alzo una ceja buscando sus lentes mientras se secaba unas pocas lágrimas de su cara.

- Sí, eh estado bien, pero no evadas mi pregunta - lo tomo firmemente de los brazos haciendo que lo mire fijamente.

- No pasa nada ¿okay? - le sonrió débilmente - y tu... ¿Qué haces por acá?

- Ya soy un país desde hace tiempo, y pensé que ya era hora de venir - ríe un poco - y ¿Cómo te ha ido a ti?

- Pues... Bien... Supongo - se encogió de hombros desanimado la mirada, mientras que el contrario se sentaba en la silla de al lado, destinada para el mexicano.

- Y dime, ¿Por qué México te dijo de tal manera tan horrible? - este recostó su cabeza en una de sus manos mientras miraba al norteamericano colocarse sus lentes.

- No lo sé, y nunca me importo mucho - lo miro con una seguridad fingida.

- Finges - se acercó un poco más a él dejando en claro la diferencia de estatura - Dime, ¿Por qué te llama de esa manera?

- ¡No lo sé! - dio un suspiro algo pesado - Desde que me conseguí una pareja, todo ha cambiado de mal a peor - recostó su cabeza en la mesa recordando como era antes, al menos mucho mejor de lo que es actualmente.

- ¿Pareja? ¿Tú? ¿Hablas en serio? - lo miro con dudas, ¿En tan "poco" tiempo consiguió pareja?, él ni siquiera ha podido llevar una relación seria con alguien.

- Si ¿Quieres saber quién es? - miro al otro el cual simplemente asintió con una cara de "perrito", como si estuviera rogando - Es China.

Un silencio algo incómodo apareció en la habitación, como si no hubiera nadie.

- ¿China, en serio él te "robo" el corazón? - lo miro algo decepcionado, no del todo, si estaba con la persona que ama, el sería feliz, después de todo seguían siendo amigos ¿Cierto? - Pero que es seis años mayor que tú.

- Lo sé. Lo sé, solo que... me enamore es todo - suspira - Aunque pareciera que el no - dijo en voz baja para que el otro no escuchara. Hay que aceptarlo, estaba suficientemente cerca como para escucharlo.

- ¿Cómo así? - El ruso tenía demasiadas dudas.

- Bueno... Pues... -fue interrumpido por un timbre que retumbo en toda la habitación, dando a entender que faltaban cinco minutos para que su descanso terminará.

- Después me cuentas ¿Va? - ríe un poco y lo mira - Bueno... Nos vemos después supongo, adiós pumpkin - Rio un Poco y se dirige a sí asiento.

Dos o tres minutos después casi todos los países entraron a la sala, con excepción de algunos latinoamericanos.

Otra vez la aburrida reunión, que pareciera que nunca acabará. Ya lo tenía un tanto harto al respecto; ya que cuando podía el mexicano le lanzaba algún insulto.

- ¡Se acabó! - grito repentinamente en estadounidense levantándose de su sitio - pondré una maldita pared entre México y yo, me importa una mierda lo que me digan.

Toda la sala tenía la mirada clavada en este, el ruso con algo me melancolía, hasta el mismo no recuerda ver a su amigo de una manera tan mala tanto física como psicológicamente, es difícil.

- Calma América, no hay razones suficientes para hacer eso - exclamó la ONU, algo exaltado por la repentina acción de este.

- ¡Me importa una mierda! Solo quiero un maldito muro entre este estúpido y yo - mientras decía señalaba a México, que simplemente lo observaba algo fastidiado.

Así fue el resto de la reunión, América y México discutiendo por quién pagará el muro.

Finalmente, a la hora de la salida el chino dejaba solo a su pareja por unas cuantas horas, por irse a apostar con alguno de sus amigos y tratar de ganar algo de dinero extra.