❝ 𝓡𝓸𝓽𝓸 ❞ ┋𝓡𝓾𝓼𝓐𝓶𝓮

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Las dos potencias mundiales iban caminando tranquilamente disfrutando de la compañía del contrario. Al llegar fueron a pedir, y se sentaron en una mesita no muy lejos de donde se supone que les darían la bebida.

- Y... USA, ¿Por qué dijiste aquello antes? - interrogó el de más alta altura, recibiendo como respuesta una encogida del hombros por parte del contrario

- Sólo... No te preocupes, no es nada, ya se le pasará - le sonrió el americano confiado en que su pareja vuelva a ser como antes, menos tóxica, aunque el estadounidense no estaba enterado de que su relación era considerada tóxica.

- Uh... Ya veo - el ruso escuchó a lo lejos su nombre y el de su amigo, antes de que el otro pudiera reaccionar él ya estaba con las dos bebidas frías al frente.

- Dejando a un lado a China, tengo una pregunta - Siguió hablando el de mayor estatura, vio como el americano asintió con la cabeza y se preparó mentalmente para responder - ¿Cómo es que bajaste tanto de peso?

- Pues... La verdad no sé, empecé a hacer ejercicio, aunque no fue mucho, y de la nada empecé a bajar de peso repentinamente, aunque... Tengo buen cuerpo ¿no? - rió un poco mientras pasaba su mano de arriba a abajo, desde su cintura hasta un poco más abajo que la cadera.

- S-sí, aunque sea algo raro viniendo de mí, pero si tienes un buen cuerpo, pero, o sea... ¡Ugh! - un poco sonrojado por la acción que hacía con su mano en contrario, el cual solo río al verlo.

- Si, pero la verdad me gustaría mostrarme más, ya sabes, China siempre me dice que use ropa menos ajustada, creo que son celos - ríe de nuevo y toma un poco más de su bebida fría, dejando al ruso pensativo.

- Oh... ya veo - dijo el ruso procesando la extraña relación que mantenía el estadounidense con el chino, la verdad no le agradaba para nada - No quiero entrometerme mucho en tu vida con China, pero ¿Desde hace cuánto estás con China? ¿Te trata bien?

- Pues... creo que llevamos más o menos unos 2 años juntos, y además, claro, el me trata de maravilla, es muy bueno conmigo, siempre me lo dice - seguido de esto tomó un poco de su bebida, la verdad dijo de una manera modificada lo que siempre le decía el chino, "agradece que te trate tan bien", lo que el estadounidense lo tomaba a bien.

- Si tú lo dices, te creeré - sonrió el ruso, seguido a esto tomó algo de su bebida fría, mirando con cierta curiosidad al estadounidense.

La tarde pasó con normalidad de ahí en adelante, hablaron de cosas muy interesantes en el momento, por ejemplo, el cómo ha sido su vida durante los años que no se vieron, o que pasó con la familia; entre muchas cosas más.

Luego de un largo rato, los dos países se dieron camino hasta la casa del más bajo, mientras reían y charlaban durante el trayecto, haciendo unas cuantas bromas entre ellos, y uno que otro sonrojo.

Al llegar a la casa del estadounidense tocaron la puerta, esperando para que el chino la abriera.