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Los días iban pasando con lentitud; el canadiense fue quien se quedó con el estadounidense en el hospital, mientras que este se recuperaba.

A decir verdad, Estados Unidos odiaba los hospitales, se podría decir que le daban algo de miedo, a la vez que se agobiaba en aquel lugar inundado por el color blanco y un desagradable aroma a medicamentos.

China nunca hizo presencia en el lugar, tal vez unas pocas veces, pero simplemente para preguntar cuando saldría su pareja de aquel lugar. Además que china no se la estaba pasando para nada mal, se estaba quedando en la casa de Japón, haciendo cosas bastante irresponsables a la hora de estar en una relación seria. Todo esto a espaldas del ingenuo americano, quien en verdad lo amaba, pero aquel rosal de sentimientos poco a poco se iba marchitando.

- Canadá... - Llamó el de menor estatura a su hermano.

- ¿Si, qué pasa? - Respondió el canadiense ante la llamada de su hermano.

- ¿Crees qué China aun me ama como antes?...

...

...

Silencio, eso es lo que había en la habitación, nadie se atrevía a hablar.

- No estoy seguro, supongo que sí, no estoy muy seguro respecto a eso - Respondió el canadiense, luego de unos largos segundos de silencio - ¿No has pensado en.... Dejar a China?

Nuevamente silencio, la respuesta del estadounidense no era clara, también lo estaba dudando.
- La verdad es que... No... Soy feliz con él, la mayor parte del tiempo - Mentiras, simples mentiras salían de los labios del estadounidense, chocando con la fantasía, y cegándolo de la realidad, la cruda y fría realidad.

- Siento que necesitas a alguien mejor... Has estado demasiado mal con China, nunca te había pasado algo así, ni siquiera cuando eramos pequeños, y éramos muy irresponsables - Un pequeño suspiro salió de los labios de Canadá; luego, simplemente tomó una bocada de aire, para seguir hablando - Quiero que seas feliz, pero no quiero que esa felicidad te impida estar bien físicamente, me preocupas demasiado, hermanito

Nuevamente el silencio reino en la sala, no hasta que una enfermera lo interrumpió, agarrando desprevenidos a los dos familiares.

- Señor América ¿Cierto? - El mencionado de sentó en la camilla, mientras que afirmaba la duda de la señorita - Hemos decidido tomar una medidas algo extremas debido a que sus heridas has sido algo grave debido a su perdida de memoria durante cortos segundos o minutos; esto es algo demasiado peligroso para el paciente, y hemos decidido bloquear cualquier tipo de visita; pero podrán mandar mensajes a través de los funcionarios del hospital - Explicó la señorita, señalando a Canadá, pues lamentablemente tendría que dejar la sala - Bueno, Canadá tendrá que irse por más tardar en media hora, necesitamos hacerle algunas terapias a Estados Unidos, sin más, me retiro.

Luego de que la chica se fuera, la sala quedó en un nuevo silencio, nadie se atrevía a hablar; y la idea no era de agrado para ninguno de los dos hermanos presentes en la habitación en ese momento; por el lado del estadounidense, detestaba estar solo, no le gustaba y le causaba demasiada inseguridad, y si estaba en un hospital, aquella horrible sensación se duplicaba; por parte del canadiense, le preocupaba el bienestar de su hermano, le gustaría estar con él, pero al parecer no puede, sabía lo mal que se la pasaba solo, y combinando eso con un hospital, no era muy bueno.

- Bueno... Supongo que no me quedará mucho tiempo para estar contigo, además tengo que ir a hacer unos trabajos que me dejó ONU hace unos días; cuídate; ¿Sí? - Acarició suavemente los cabellos rubios del estadounidense.

- No quiero que te vayas... No me quiero quedar solo - Su vista fue dirigida hacia su hermano, hizo un pequeño puchero, sosteniendo el brazo del canadiense con sus manos.

El canadiense simplemente soltó una ligera risita, mientras que su mano seguía enredándose entre los cabellos del contrario; no quería dejar a su hermanito solo, pero lamentablemente era una orden dada, y que tenía que cumplir.

- Honey, me tengo que ir, sé que estarás bien, seré la primera persona que vendrá cuando dejen que recibas visitas nuevamente; ¿Okay? - Miró al estadounidense con una sonrisa, el de menor estatura simplemente asintió con su cabeza varias veces, abrazando de una forma bastante incómoda a su hermano.

El canadiense antes de irse, dejó un pequeño beso en la mejilla a su hermano, no antes de mimarlo demasiado hasta que se quedara dormido.

Ahora la habitación se encontraba totalmente en silencio, el estadounidense se encontraba solo y dormido; desde hace mucho tiempo no tenía un momento de paz, y ahora afortunadamente tiene uno.

Esperemos que dure bastante.

❝ 𝓡𝓸𝓽𝓸 ❞ ┋𝓡𝓾𝓼𝓐𝓶𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora