❝ 𝓡𝓸𝓽𝓸 ❞ ┋𝓡𝓾𝓼𝓐𝓶𝓮

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El estadounidense se encontraba tomando su chocolate caliente de la mañana, el cual contenía uno que otro mini malvavisco en él.

Estaba pensando en varias cosas, pero una llamada entrante a su teléfono lo sacó de sus pensamientos.

-Es Rusia... ¡Es Rusia! - Se alertó un poco, enseguida buscó sus lentes del sol para tapar aquel morado que tenía en su ojo, al encontrarlas se las colocó y le dio al botón de contestar.

- Hola pumpkin ¿Cómo estás? - Pregunto el ruso con una sonrisa en sus labios, mientras veía como el estadounidense se colocaba los audífonos.

- Hello Russia - Dijo mostrando una sonrisa claramente fingida, mientras se acomodaba mejor sus lentes de sol.

- Oye ¿Te gustaría ir a pasear un rato por el parque, como está nevando podemos hacer alguna cosa ahí? - Siguió con su sonrisa en los labios, mientras acomodaba su ushanka.

-Claro, sólo déjame y me arreglo, luego nos vemos en el parque ¿sí? - Se terminó su café de un sorbo, para luego levantarse y dirigirse hacia la sala - Cuando esté listo te llamó ¿va?

Recibió como respuesta un si por parte del ruso, luego la llamada se cortó. Lo que ocasionó una sonrisa algo boba en los labios del americano.

Enseguida subió al cuarto y tocó la puerta varias veces hasta que el chino le abrió, como de costumbre, con una mueca de enojo.

- Hola honey ¿Cómo dormiste? - El de menor estatura le plantó un beso en los labios al chino, sin obtener respuesta alguna.

- Mucho mejor que de costumbre - Se limitó a decir el chino y bajar hasta la sala - ¿Y el desayuno?

- Esta en la nevera, caliéntalo en el horno - Fue a darse una ducha rápida, para luego salir y cambiarse.

Esta vez se colocó un jeans, una camisa negra apegada al cuerpo, esta era cuello tortuga y manga larga, una chamarra de invierno, junto a unas botas y un gorrito.

Luego bajó a la sala, ganándose una mirada confundida por parte del chino.

- ¿A dónde vas? - Cuestionó el chino llevando si taza de café hacia sus labios.

- Bueno... Saldré un rato a pasear, aprovechando de que esta nevando - Soltó algo nervioso mientras agarraba sus llaves de la casa.

- Saldrás con él ruso ¿No es así? - Dijo con total calma, recibiendo un "si" por parte del menor - Bueno, sal. De todas maneras hoy vendrán unos amigos míos a la casa, tu presencia sería una molestia.

El estadounidense solo agradeció y le dejó otro beso en los labios al chino, para salir hacia el parque, donde cierto ruso ya lo esperaba.

Justo cuando el americano salió, el chino tomó su teléfono y le escribió al japonés que ya podía venir, al parecer se la pasarían muy bien esa tarde.

Demasiado bien como para ser un encuentro de "amigos".

Más bien se podría decir que tenían una relación amorosa a las espaldas del americano, bueno, simplemente amantes.