❝ 𝓡𝓸𝓽𝓸 ❞ ┋𝓡𝓾𝓼𝓐𝓶𝓮

>019<

El americano se encontraba caminando hacia su respectivo hogar; había recibido un mensaje de su pareja minutos antes, diciéndole que no se demorara demasiado en llegar a la casa. Algo había mal con ese mensaje, había sonado muy normal, algo calmado, como si a China le estuviera pasando algo; pero bueno, no se preocuparía mucho por eso.

Ya por fin, al llegar a la casa, decidió tocar la puerta; pasaron varios minutos, en los cuales no obtuvo respuesta alguna. Decidió pasar a la casa por sí mismo, grave error. Al estar lo suficientemente lejos de la puesta, está se cerró de golpe, dando con la mirada de China, fría, enojada y cortante.

- Honey? ¿Cómo estás? - El menor ahora moría de miedo, pues el chino tenía su teléfono en la mano, al parecer viendo algo que realmente le llamaba la atención.

Sí que todos odiaban a América, o al menos la gran mayoría, y eso el estadounidense lo tenía claro. Para rematar el odio, cierto país le había enviado una imagen a China ¿Se acuerdan de Ucrania? Pues si no lo recuerdan, se los recordaré. Horas antes, ese mismo día, el ruso y el americano se encontraban tomando un café animadamente, pero a cierto ucraniano no le agradó para nada esto ¿Qué fue lo que hizo? Tomar una foto, para luego mandarla a su padre; aprovechando la foto decidió publicarla en redes, con una descripción que hacía alusión a un supuesto engaño hacia el chino por parte del americano, vaya mierda de persona.

La puerta de la casa ahora estaba con seguro, China estaba empezando a caminar hacia el estadounidense con una mirada sombría.

- América ¿Te acuerdas que te advertí qué no te quería ver con el ruso? - El chino había logrado encerrarse en la cocina junto al al americano, mientras que este asintió con algo de miedo - Has desobedecido mis órdenes, y eso conlleva a un castigo.

Los castigos del chino no son los que ya muchos estarán pensando, son mucho peor.

- Honey, c'mon, solo fue una salida, no fue nada más, lo juro - El estadounidense temblaba en su lugar, la última vez que el chino lo castigo terminó con la muñeca dislocada.

- Aun así desobedeciste mis órdenes, maldita perra - En un rápido movimiento el chino colocó una venda sobre la boca del estadounidense, impidiéndole decir palabras con claridad.

- No pensé que tenía que llegar a estos extremos ¿Por qué te haces hacer eso América?- Hablo el chino, mientras que le daba una patada en la pierna al menor, ocasionando que este caiga al piso - Debes entender que hago esto por tu culpa, que esto pase es toda tu culpa.

Siempre le repetía eso, con cada golpe, con cada agresión, siempre se lo decía; hay que ser demasiado estratégico como para convencer a la persona de eso, y adivinen, el chino era una de esas personas, haciendo que el estadounidense se encerrara en su círculo de culpa.

El débil y pequeño cuerpo del americano se encontraba temblando, mientras que el chino le pegaba cachetadas y puños, repitiendo siempre que todo era culpa del menor.

El estadounidense tenía que aprender de alguna manera a no juntarse con el ruso; lo más razonable que encontró el chino fue maltratarlo y herirlo.

Tomó con fuerza la muñeca del menor, ganándose un quejido adolorido por parte del estadounidense, el cual solo trataba de zafarse de tal agarre.

Golpes, manotazos, patadas, toda clase de agresión era dirigida hacia el norteamericano por parte del chino; el estadounidense solo estaba en el suelo hecho bolita, llorando en voz baja, y quejándose de dolor.

En una descuidada del asiático, el norteamericano logró levantarse del suelo e salir corriendo hacia algún lado, específicamente la puerta del lugar. Le hacía fuerza a la manija de la puerta, rogando mentalmente como si esta se fuera a abrir por arte de magia. Al voltear a ver por un segundo si retaguardia, sintió un fuerte golpe en la cabeza, lo que lo dejó totalmente inconsciente en el suelo.