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Al tocar la puerta enseguida se abrió, dejando al visto la cara de un chino no muy contento, aunque al ver las personas que estaban al frente -específicamente por el ruso-, dio un suspiro algo pesado, y luego mantuvo una mueca seria.

- Wow, que sorpresa verte por aquí Rusia - dijo el chino, no muy feliz por la hora de llegada de su pareja.

- Hola, China ¿Cómo has estado? Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos - dijo el de mayor altura al chino, con una ligera sonrisa en sus labios.

- Si, si, ha pasado mucho tiempo, mejor hablemos en otra ocasión, ya es algo tarde ¿No crees? - el chino era obvio que quería lejos a Rusia en estos momentos ¿Por qué? Fácil, necesitaba darle un regaño a su pareja, por haber llegado tarde.

- Si, tienes razón, bueno, nos vemos otro día, adiós - se despidió el ruso, dándole un abrazo al estadounidense.

Cuando Rusia ya estaba lo suficientemente lejos, China agarró de manera fuerte del brazo al americano, para entrar al mencionado de un solo jalón a la casa, lo que ocasionó un leve quejido por parte del estadounidense.

- ¿Con qué llegando tarde eh? Explícame porqué mierda llegaste tarde, y porqué estabas con el ruso - hablo en un tono serio el chino, mientras apretaba más el agarre en el bazo del americano.

- China, duele... llegue tarde porque pase a tomar un café con Rusia, es todo - dijo el menor con algo de dificultad, el dolor en su brazo no lo dejaba pensar con mucha claridad lo que decía.

- Que quede claro pequeña perra, no quiero que vuelvas a llegar tarde a la casa, y mucho menos que estés con el ruso ese, te estaré vigilando - dicho esto el chino soltó de manera brusca al estadounidense, el cual cayó al piso, dándose un golpe con la pared - Agradece que te trato bien, maldita perra. Te espero en el cuarto.

El estadounidense se limitó a asentir con algo de miedo, al ver como el chino abandonaba la sala, con destino al cuarto, el americano se abrazó a sí mismo fuertemente, mientras ligeras lágrimas salían de sus ojos, tratando de calmarse.

Luego de unos pocos minutos escucho un grito por parte de él chino "¡América, te sigo esperando aquí ¿Sabes? Mi tiempo no es infinito, subes ya o dormirás en el sofá!", enseguida el estadounidense se levantó y se dirigió a la habitación, acostándose en la cama viendo discretamente al chino.

Mientras que el chino dormía, aprisionado al americano entre sus fornidos brazos, el americano aún no podía conciliar el sueño.

❝ 𝓡𝓸𝓽𝓸 ❞ ┋𝓡𝓾𝓼𝓐𝓶𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora