Le puse tu nombre al viento

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Al día siguiente, Lena llega al zoológico de mejor humor: ya no está tan nerviosa y no va a admitirlo, pero está algo entusiasmada. Esta vez, cuando llega, Kara ya está ahí, platicando con una chica de cabello rojizo y otra de cabello negro. También hay un muchacho alto, de expresión seria.

–¡Lena! ¡Hey! ¡Ven aquí! –la joven se acerca tímidamente a Kara, quien sonríe ampliamente.

–Hola, ¡buenos días!

–Lena, ella es Alex, mi hermana y ella es Nia. Las dos trabajan en el aviario –relata Kara contenta– y él –señala al joven– es Barney, trabaja en la tienda.

–Sin animales, afortunadamente –dice el joven y Lena no está segura si es una broma o no.

–Mucho gusto –Alex le sonríe, estrechando su mano– Kara no ha dejado de hablar de t–

–¡Alex!

–Al parecer, ¿tienes muy buenas habilidades organizacionales? –Nia continua, riendo un poco.

–Lena es la mejor, de verdad –exclama Kara– ¡Arregló mi desastre en minutos!

–No fue gran cosa –señala Lena, algo sonrojada.

–Kara parece pensar distinto –dice Barney de forma solemne. La rubia está a punto de defenderse, pero en ese momento, Winn sale por la puerta.

–¡Buenos días a todos! Aquí está el horario del almuerzo –el muchacho levanta una hoja de papel y luego la clava al tablón de anuncios como hizo el día anterior– ¡Que tengan un gran día, muchachos!

Kara toma a Lena de la mano y la arrastra hacia el tablón.

–Mi almuerzo es al medio día –dice– ¿Y el tuyo?

Lena revisa la lista: LUTHOR, Lena: 12pm.

–También –sonríe, aliviada de que no pasará el almuerzo sola.

–¡Excelente! –Kara vuelve a revisar la lista y luego se dirige al herpetario, Lena la sigue– Alex y Jimmy también estarán ahí.

Una vez en el herpetario, Lena se dispone a inventariar los suministros, mientras Kara limpia las jaulas. La futura heredera del zoológico entra a la pequeña bodega que le sigue a la oficina y comienza a contar productos.

Primero la comida. El lugar tiene cajas, que a su vez contienen bolsas con otras bolsas más pequeñas dentro: varios tipos de mezclas secas. Además, un refrigerador con carne. Finalmente, varios envases con grillos y lombrices vivos, que Lena mira sorprendida y asqueada a la vez.

Después, artículos de limpieza: litros de cloro, jabón y otros químicos que Lena reconoce, pero no sabe para qué se utilizan. Sonríe: si Kara estuviese ahí, le estaría explicando todo.

Finalmente, Lena cuenta bolsas de piedritas de colores que sirven como decoración, costales de arena y todo tipo de materiales: madera, aserrín, arrecifes falsos y muchos, muchos bombillos incandescentes. La joven anota todo en un cuaderno y luego se encamina a la oficina, para iniciar una hoja de cálculo. Una vez que termina, nota que hay un documento nuevo en los archivos de la computadora, un documento mal ubicado.

–Ayyyy, Kara –Lena hace click sobre el archivo frunciendo el ceño. Se trata de las notas de la rubia respecto al par de escarabajos dorados recién adquirido por el zoológico. Es una descripción completa sobre su tamaño, color y comportamiento. Lena acomoda el documento en la carpeta adecuada. ¿Quién diría que hay tanto que decir sobre un escarabajo? Incluso hay una nota sobre el tipo de madera que prefieren comer. Lena resopla divertida.

El momento más felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora