El universo nos queda pequeño

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A la mañana siguiente, Lena despierta más temprano de lo habitual. Los minutos parecen eternos ante la idea de ver, por fin, a Kara. La joven pasa una hora completa sin levantarse de la cama, sólo pensando en la rubia, releyendo sus mensajes, rememorando los besos. Piensa en escribirle, pero resuelve que es muy temprano aún. Entonces su teléfono suena, anunciando un mensaje.

"¿Estás despierta?", es Kara.

"Sí, ¿por qué?"

"Ya quiero verte"

La joven suspira, intentando calmar la adrenalina que Kara provoca en ella, pero no puede evitar sonreír.

"Y yo a ti"

La respuesta de Kara es sólo una serie caótica de emojis de corazones de todos colores, que hacen reír a Lena.

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Finalmente, en el zoológico, frente a las cabañas, Lena divisa a la rubia junto a su hermana. Kara la mira de vuelta, casi de inmediato, como si todo este tiempo hubiese estado buscándola.

—¡Hey! —una vez frente a Kara, Lena se da cuenta de que no tiene idea de cómo actuar frente a Alex. Por un momento, la situación es incómoda. La joven no está segura del nivel de confidencialidad que Kara espera de ella y eso eleva un poco su tensión, pero entonces, Kara toma su mano, entrelazando sus dedos a los suyos.

—¡Hola! —le dice y se inclina para darle un beso en los labios, que se alarga un poco más de lo esperado.

—Oh, uh —Lena se sonroja cuando toma consciencia de la situación, pero Alex sólo ríe un poco.

—Por fin —dice, divertida ante la expresión azorada de sus amigas— James me debe veinte dólares —agrega y Kara la mira indignada— Yyy... yo te debo veinte dólares a ti, desde hace tiempo, ¿recuerdas? —añade, como asegurándose de que Kara no se enoje— Así que ganaste, ¿ves? El dinero y la chica.

Kara rueda los ojos.

—Ahora bien, como alguien que alguna vez tuvo novia dentro del zoológico, es mi deber avisarles que el herpetario tiene entre tres y cinco cámaras de seguridad alrededor —explica seriamente— y que Morgan el de seguridad es un pervertido —añade con una mueca.

—Ugh —las tres se echan a reír.

—¡Buenos días! —en ese momento, Winn sale de las oficinas con el horario del almuerzo en la mano. El día de trabajo comienza oficialmente. No todo ha cambiado.

El herpetario aún está vacío, pero tanto Kara como Lena se apresuran a comenzar con sus obligaciones. Sin decirse nada, ambas parecen respetar un acuerdo implícito de cero-contacto. No sólo está el problema con Morgan, el pervertido, Kara podría perder su ascenso, Lena podría meterse en problemas con Lillian. Con esto en mente, la primera empieza a revisar a los anfibios, mientras que la segunda enciende el ordenador y se concentra en la documentación del día. Aún así, no pueden evitar mirarse a cada momento, y sonreírse desde extremos opuestos del herpetario se vuelve un idioma temporal con el que ambas expresan la intensidad de sus sentimientos. Ambas mantienen la rutina, hasta que Kara saca su celular y envia un mensaje a la otra joven.

"Hola :)", recibe.

"Hola (:", responde.

"Quiero besarte :)" Lena se echa a reír al ver el mensaje y luego mira a Kara, quien la mira sonrojada desde la entrada del lugar. Ugh, adorable.

"Me gustas mucho, Kara."

"Y tú a mí", la joven heredera levanta el rostro para mirar a la rubia, y le lanza un beso pequeño, entre una sonrisa pícara. Kara se siente derretir. Agh, va a ser un día muy largo.

El momento más felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora