El momento más feliz

Tú tan cromática

—Ok, ok —James se levanta, cerveza a medias en la mano y dice— ¿Qué tal si jugamos Dos verdades y una mentira? —hay una protesta general, entre risas. Hace ya 2 horas que los jóvenes disfrutan de su noche con música, alcohol y compañía mutua, así que James Olsen piensa —y piensa bien— que es hora de apurar el estado de ebriedad de sus colegas.

—¿Cómo se juega? —Barney ladea su cabeza curioso.

—Es simple —explica Nia— Todos tomamos turnos y decimos tres cosas, dos verdaderas, una falsa, entonces la persona de la derecha debe adivinar cuál es la mentira, si no adivina, debe tomar un shot. Empiezo yo, entonces —la joven se queda pensativa— ok... —Nia enumera con sus dedos— Mi color favorito es el morado, de pequeña tenía una gata llamada Victoria y practico Karate desde los 7 años, Barney, ¿cuál es mentira?

—Ah, pregunta capciosa, practicas Karate desde los 8 años —dice el joven sonriente.

—Eso es trampa, Barney sabe todo sobre ti —se queja Winn.

Barney asiente.

—Creo que entiendo, ¿puedo intentarlo? —todos lo alientan— Bien... Mi promedio general en la escuela es de 10 sobre 10 —el joven mira al piso pensativo— tengo una hermana mayor y... mi animal favorito son las cacatúas, Lena, ¿cuál es la mentira?

—Ok... —la joven lo mira pensativa— el promedio general es verdad, porque eres un genio —todos sonríen— y creo, que vi a una mujer muy parecida a ti recogerte el otro día, entonces... la mentira es que... —Lena da una palmada, recordando de pronto— tu animal favorito son las cacatúas, no tienes un animal favorito, no te gustan los animales, lo mencionaste el día que te conocí.

—Bien, Lena Luthor —Barney le sonríe, orgulloso— Es tu turno.

Lena da un trago a su cerveza, sintiéndose tomada por sorpresa: no había considerado que tendría que participar activamente en el juego.

—Uhm, ok... —la joven reflexiona— amo manejar bicicleta... escribo poesía y... soy alérgica a las abejas, ¿Kara? —la joven mira a su derecha sonriendo.

La rubia la mira, como si buscara adivinar.

—No hay forma de que Lena Luthor escriba poesía... entonces eso debe ser mentira —dice y cuando ve como la sonrisa de Lena se extiende sobre su rostro, la joven presiente su derrota— ¿no?

—¡No! —la heredera niega con la cabeza, riendo— La verdad es que no tengo idea de cómo manejar bicicleta.

Todos ríen.

—Perdiste, Kara —Alex choca su cerveza con la de Lena— Buen trabajo siendo un misterio, Luthor —Lena ríe, mientras ve a Kara servirse tequila, con una expresión de profunda indignación.

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El juego termina pronto, pero todos están más intoxicados que antes. Lena está echada en un sillón, mirando perdida hacia el techo, buscando disminuir la náusea del licor. Sus ojos empiezan a ceder al sueño cuando escucha la voz de cierta rubia.

—among mortal woman, know this / from every care / you could release me —Lena abre los ojos para encontrar a Kara frente a ella, con una paleta en la boca y una libreta negra en sus manos, una libreta muy familiar...

—¡¿De dónde sacaste eso?! —Lena se apresura a levantarse para quitarle el libro de las manos, pero Kara se echa hacia atrás, esquivandola.

—Estaba en tu mochila —Kara sonríe adorable, como si no estuviera invadiendo la privacidad de su amiga— ¿Quién lo diría? Lena Luthor tiene sentimientos mucho más profundos de lo que pensé —la rubia ríe pícara.