CAPÍTULO XII

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Oigan muchas gracias por estar leyendo esta historia. Yo sé que me conocieron escribiendo Camren y de pronto es complicado imaginar una historia con otro ship, pero de la misma manera que en el resto de mis historias, están escritas con todo el corazón.
Además que yo sé que con tanto anuncio que mete Wattpad cada vez es más cargante leer en la plataforma así que les agradezco doblemente.
Su escritora que los odia 🤭
-PATRICIAAAAA-

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CAPÍTULO XII.- ¡NO LO MATES, POR FAVOR!

-¡Sara! - Exclamó Pepa sorprendida.

Silvia se giró para mirar a la persona que acababa de irrumpir en el despacho y una desagradable idea cruzó por su mente...

¡Claro! Pepa se desaparece toda la noche, apaga el móvil y hoy se comporta de esta manera conmigo, tratándome como a una...¡Sí Silvia, dilo! ¡Como a una Puta!, Seguro que pasó toda la noche con esa chica y pfff ¡Es guapísima! Y lo peor es que haya venido a buscarle hasta aquí, a Comisaría, ¡Que es su sitio de trabajo joder! ¿Tendrá una relación seria con ella? ¡Dios...Pero que vergüenza! Y yo que la besé...

-Moría por mirarte en acción interpretando tu rol de Inspectora Miranda... - Rió con entusiasmo- ...Además, anoche me quedé con ganas de decirte un montón de cosas-

Sara era demasiado perspicaz y no le pasó desapercibido el hecho de que cuando pronunció la palabra "Anoche" el rostro de Silvia se había desencajado por completo. Entonces comprendió que la Inspectora Castro no tenía la menor idea de que Pepa era su tía. -Está Celosa - Pensó para sí y dibujó en su rostro una sonrisa maliciosa.

-Pues entonces dame un par de minutos en lo que terminó de ver un asunto con la Doctora Castro y platicamos...¿Vale?-

-Claro que sí Guapa! - El énfasis de su voz al pronunciar el "Guapa" fue especialmente seductor y obviamente no pasó desapercibido para Silvia que estaba siendo devorada por los celos, la rabia y la vergüenza - Por cierto...- Se dirigió a Silvia -...Me llamo Sara, mucho gusto - Le extendió la mano con una gran sonrisa de esas que solamente la rubia era capaz de esbozar.

Silvia estrechó su mano por mera diplomacia.

En ese momento, probablemente Sara era la persona menos grata en el mundo para la pelirroja, se odiaba por admitírselo a sí misma pero la envidiaba...

-Encantada...- Correspondió la sonrisa y entró en el jueguito de las presentaciones por mero protocolo - ...Inspectora Forense Silvia Castro -

Aunque debía de reconocer que la sensación al contactar con la mano de Sara no fue para nada desagradable, es más le pareció una chica muy maja, y entonces desvió la mirada hacia la morena - Yo...Pues tengo que regresar al laboratorio, las dejo a solas para que platiquen- Le regaló a Sara una nueva sonrisa, un poco menos forzada que la anterior y con un tímido "Con permiso" abandonó la oficina.

-¿Guapa?- Preguntó Pepa arqueando las cejas una vez que la puerta se había cerrado.

Sara se encogió de hombros y sonrió. - Se fue echando chispas, creo que estaba muerta de celos- Ocupó una de las dos sillas vacías que se situaban de frente al escritorio de Pepa.

-Para tu carro sobrina...-Le amenazó aún de pie frente a ella...- Que te conozco y ya sé para donde vas...-

-A ver Pepa...- Comenzó a echarle todo el discurso que había preparado y posteriormente ensayado unas cuantas veces en su casa, impregnando un extra de seriedad a la conversación -...De sobra sabemos que tu vida personal te la reservas únicamente para ti y creo que toda la vida he respetado eso...- Hizo una pausa y miró asentir a su tía en gesto de que estaba de acuerdo -Pero ahora...Es que no sé, estoy segura que tienes al alcance de tu mano la oportunidad para ser feliz y no me perdonaría nunca, quedarme contemplando como jodes tu vida por egocéntrica y orgullosa-

ARDER CONTIGO EN EL INFIERNO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora