CAPITULO III

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Hola de nuevo, pues aquí vamos. Espero que les esté gustando y no olviden que les amo con todo mi black heart. Todos sus comentarios son bienvenidos 😁

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CAPITULO  III.   LA HE CAGADO

21:34 HORAS

La Revolución Francesa estremeció al mundo en 1789 y se convertiría en el modelo a seguir para los anarquistas de la edad contemporánea, no solamente por la transformación política, económica y social que significó, sino por sus diversos episodios de violencia que desataron el pánico colectivo entre la población. Probablemente el periodo comprendido entre 1793 y 1794 será especialmente recordado por la despiadada vorágine de asesinatos cometidos contra elementos de las tropas enemigas y desertores de la causa, pero que también segaron la vida de miles de civiles inocentes, cuyo único error había sido encontrarse en el sitio equivocado a la hora equivocada.

A este pasaje de la historia se le conoce como "Terror".

La real academia española define al Terror como el miedo una vez que ha alcanzado su máxima expresión. La actividad cerebral se ve superada, pierde el control y toda racionalidad queda abandonada.

Cuando un individuo se encuentra bajo el yugo del terror, surge la angustia, esa que nos indica que la luz tenue de la última velita encendida ha quedado extinta, que la salida del callejón se ha hecho tan angosta que ningún cuerpo, por espigado que fuese, lograría escapar a su inevitable y fatídico destino,  esa que acelera los latidos del corazón a un ritmo tan vertiginoso que se dificulta respirar, que inunda con un líquido gélido cada uno de los poros de la piel, que provoca contracciones involuntarias de los músculos y desordenes del sueño, el más común las Parasómnias.

A pesar de haber conseguido la abolición de los privilegios feudales y por lo tanto la igualdad entre los individuos, libertad de expresión, derecho a la propiedad privada, jornadas laborales y remuneraciones justas, el pueblo francés resultó emocionalmente devastado. Se resistían a laborar y a continuar con su ritmo de vida habitual. Se desató una epidemia de Agorafobia y estrés post-traumático. Pero desafortunadamente en aquella época no se contaba con el suficiente conocimiento para combatir exitosamente los trastornos mentales.

Quienes lograron sobrevivir a dicha situación límite e intentaban darle vuelta a la página, les costaba mucho trabajo salir de casa y despertaban de madrugada asustados y empapados en sudor después de haber tenido pesadillas. Presentaban severas dificultades para enfrentar cambios y situaciones nuevas,  por lo que encontraron en la costumbre el refugio que necesitaban para no mirarle al miedo a los ojos.

La rutina es extremadamente cómoda, te mantiene a salvo de sobresaltos, te libra de tomar de decisiones, de asumir responsabilidades y de cometer errores. Es la zona de confort ideal para todo aquél que defina la felicidad como "La ausencia de dolor". Para el que prefiere evitar en vez de arriesgar, para quienes luchan frenéticamente por librar la batalla en contra del miedo, impidiéndole que les alcance, porque si no les  alcanza, entonces tampoco los podrá encontrar, y así construyen una falsa vivienda con muros hechos de tranquilidad y monotonía, creyéndose siempre ir un paso adelante de él, pero sin darse cuenta de que es el miedo quien duerme junto a ellos en la misma cama todas las noches.

El cuerpo es rutinario, desde que nacemos se conduce de forma natural y es capaz de llevar a cabo todas sus funciones de manera automática sin consultar con la mente, tal y como lo hace una máquina.

¿Desde cuándo Silvia Castro se convirtió en una máquina?, ¿Desde cuándo renunció a la búsqueda de la plenitud?, ¿Desde cuándo se condicionó a sí misma para no sentir? ¿Desde cuándo renuncio a su condición humana?. Porque por definición los seres humanos son imperfectos, y si para ser humana debía cometer errores, entonces renunciaba a serlo. Renunciaba a sucumbir ante los instintos, renunciaba a las descargas de adrenalina, a las sensaciones que pudieran hacerla estremecer, ¿Cuándo fue la última vez que una caricia debajo de la inmensidad del edredón erizó su piel?, ¿Cuándo fue la última vez que se dejó empapar por gotas de lluvia mientras se deleitaba con el aroma  que desprendía la tierra mojada?, ¿Cuándo fue la última vez que estimuló sus papilas gustativas con un calórico helado de chocolate con almendras y malvaviscos, hasta estallar de placer?.

ARDER CONTIGO EN EL INFIERNO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora