CAPITULO I

828 29 25
                                    

Bueno pues aquí estamos, no tienen idea de lo nerviosa que estoy, conforme vayan leyendo se darán cuenta lo obsesionada que estaba con esta pareja y lo enamorada que estaba de Silvia. Y bueno de antemano muchísimas gracias por llegar hasta aquí y que aunque nos hayamos conocido en el barco Camren le estén dando una oportunidad a esto. Algo que olvidé mencionar en la nota de la autora fue que toda la historia surgió en mi mente gracias a la canción "Resistance" de Muse, sobra decir que es una de mis canciones favoritas de la vida y por aquel momento se acababa de estrenar el álbum y yo no podía parar de escuchar esa canción en particular entonces fue imaginar ¿Cómo sería la historia si yo estuviera a cargo de dirigir el video musical? y de pronto todo el guión vino a mi mente así en cascada, vi correr una cinta en mi cabeza de principio a fin. Obviamente lo que fluyó en 10 minutos como una estructura demoró dos años en ser desarrollada, ya saben que lo mío no es escribir rápido.
Y sin más...Pues otra vez ¡Que nervios!

*****

CAPITULO  I.  UNA INSPECCIÓN DE RUTINA

Madrid, 23 de Mayo del 2010.

Un par de dedos pulgares cubiertos con guantes de látex presionaban las manchas azul grisáceas situadas en los muslos desnudos del cadáver.

-Presenta una incisión vertical de casi catorce pulgadas de longitud en la parte frontal del abdomen, después de una revisión exhaustiva por el interior del cuerpo se confirma que le fueron extirpados el riñón, los ganglios linfáticos y la glándula suprarrenal del costado izquierdo. Posteriormente fue suturado con grapas.

-La causa de muerte fue un paro cardiaco a consecuencia de la enorme cantidad de Remifentalino encontrado en el torrente sanguíneo, cerca de quince miligramos– Resonó una voz femenina.

-Hora de muerte aproximada: Entre las 20:00 y 22:00 horas del 22 de Mayo del 2010- Concluyó una vez que mirara el reloj de contorno negro que adornaba una de las paredes del laboratorio, cuyas manecillas indicaban las 11:07 horas.

Acto seguido, pulso el botón "stop" de la pequeña grabadora que sostenía en la mano y se deshizo de los guantes.

Escuchó el inconfundible rechinido que hace la puerta cuando se abre y casi de inmediato distinguió la figura de Gonzalo Montoya, el hombre de aliño impecable que vestía un traje y corbata en negro combinado con camisa blanca, se podía distinguir perfectamente el cuello que había sido cuidadosamente planchado y sus zapatos en color negro meticulosamente boleados. Tenía fijación por los diseños de marcas costosas, y esta vez todo el conjunto era responsabilidad de Emporio Armani. Era guapo, vanidoso y capaz, con tan solo 32 años había alcanzado el rango de inspector jefe, dentro de la Comisaría de San Antonio, ubicado en el organigrama solamente por debajo del comisario.

La mujer que vestía una bata blanca salpicada con pequeñas gotas de sangre le analizó durante un par de segundos sin decir palabra, notó que estaba de muy buen humor, era un chico exitoso pero sobre todo noble de corazón, y cuando sonreía de esa forma tan dulce no podía significar otra cosa, seguro que había algún avance positivo dentro del caso.

-Hemos logrado identificarle...- Le informó a la inspectora Castro. – Juan Manuel Ochoa – Dijo finalmente extendiéndole una carpeta en color manila.

Silvia Castro era la encargada del área de investigación científicas dentro del cuerpo policial de San Antonio. Su cabellos rojos y ondulados, una piel tan blanca como la nieve, sus ojos negros paradójicamente llenos de luz,  la forma tan peculiar que tenía para expresar sus ideas, entre muchas cosas más, hacían que dejara con la boca abierta a cuanto individuo se acercaba.

-No se desangró Gonzalo...- Negó con la cabeza mientras tomaba el expediente entre sus manos.- Le practicaron una nefrectomía radical, pero fue un corte limpio y posteriormente suturado.

ARDER CONTIGO EN EL INFIERNO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora