La conversación terminó con unas carcajadas de minutos. No me acordaba lo bien que me lo pasaba con Erick. Las risas terminaron.
- Oye B- me dice girandose, ya que nos encontrábamos tumbados en el césped- ¿podemos volver a lo de antes?- le pongo cara de extrañada, sabía perfectamente a que se refería pero tenía que hacerme la sorprendida.- ya se que no te puedo decir eso pero, no ves como no ha cambiado nada entre nosotros.- se acerca a mi e intenta darme un beso pero me echo para atrás.
- Quizás si han cambiado las cosas por mi parte Erick. Ayer quedé con un chico y la verdad es que me gusta mucho.- le dije.
- ¿Más que yo?- me pregunta con cara de picarón.
- Tú sabes perfectamente la respuesta a esa pregunta.- le digo riéndome.
- Bueno respetare a ese chaval pero tú y yo tenemos que quedar como los viejos tiempos. - me dice riendo.
- Uno, si que lo vas a respetar porque lo voy a respetar yo, así que si yo no quiero hacer nada no se hará. Dos, ese chaval que dices se llama Lian y tres, quedaremos pero solo como amigos. - le digo riendo.
- A sus órdenes jefa.- me dice poniendo la mano en la cabeza como haciendo un saludo de militar.- Oye te he dicho antes que te quería llevar a un sitio especial y por esto es especial.
- Y ¿por qué es especial?- le digo. No sabía por que lo decía.
- Levántate- me dice. Y en cuanto me levanto, veo uno de los amaneceres más bonitos que he visto en mi vida. Si que era especial este sitio.
- ¡Dios! ¡Que bonito!- le digo.- y ¿cada cuánto vienes aquí?
- Pues desde que me cambié de colegio vine todos los días durante dos meses. Me ayudaba a despejarme e intentar pensar en algo que no fueras tú. Y al tercer mes me encontraba mejor y me apunte a fútbol americano para despejarme un poco y ahora, aquí me ves con una beca deportiva intentado volver con la chica que me gusta. - dice sonriendo.
- ¿Enserio? Qué bien Erick. Quien te lo diría hace unos meses.- le digo sorprendida. Me gustaba mucho que finalmente iba encauzándose.
- La verdad es que sí. Oye no sé porque exactamente no me has preguntado porque me fui y lo has dejado a un lado para que pasemos un buen rato juntos, pero sin falta la próxima vez que quedemos te lo contare.- me dice muy sumiso. Le asiento con la cabeza, no sabía que decir a eso.
- Oye ¿nos podemos ir ya?- le pregunto.
- Sí, podemos ir a mi casa.- me dice.
- ¿Cómo que a tu casa?- le pregunto sin entender porque me había dicho eso y no creo que fuera para intentar ligar conmigo.
- Pues porque Diego me ha mandado un mensaje diciéndome que por favor te entretuviese toda la noche y que no te llevara a su casa mínimo hasta las once, porque iba a tener una noche especial con Kate.- me dice.
- Ah vale. Me parece perfecto, pero ten por claro que nada más llegar a tu casa me pido dormir en tu cama y tu en otro sitio.
- Siento decirte que no vivo en una casa, vivo en las habitaciones de la universidad. Pero no te preocupes porque mi cama es de matrimonio y respetare tu espacio personal, como me decías cuando te conocí.- me dice riéndose. Estaba claro que se lo pasaba muy bien conmigo.
- Vale, pero no quiero ninguna tontería que ya nos conocemos.- le digo seria. Nos levantamos y nos pusimos en marcha hacia la residencia en su coche. Llegamos a su habitación y me tumbe corriendo en la cama y le dije:
- Buenas noches Erick, despiertame cuando te despiertes- le digo cerrando los ojos metiendome debajo de las sábanas.
- Oye duermo en calzones y sin camiseta así que lo siento si no te gusta pero siempre duermo así.- me dice riéndose. A mi me parece que era una estrategia para que le saltará a la yugular, pero estaba muy cansada para obligarle a ponerse la ropa. Y al poco tiempo me duermo, estaba muy cansada.
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Un juego de amor
Teen Fiction- ¿Cual es tu color favorito?- le pregunto con una sonrisa. - El de tus ojos- me dice. - No pensaba que fueras así. - Yo tampoco pensaba que me ibas a ganar.