Que siesta me había pegado, como había echado de menos mi cama y mi edredón.
Me empiezo a vestir, el frio ya ha llegado y no es plan de ponerme una camiseta de tirantas para correr por mucho calor que tuviera cuando corro. Me pongo mis pantalones cortos negros con una tira rosa fosforita, una camiseta negra y unos zapatos negros y rosa, muy conjuntada. Tenía la sensación de que no me iba a a encontrar con Lian, aunque lo quisiera. Estoy cerrando la puerta de mi casa mi madre no estaba así que por desgracia me tenía que llevar las llaves de la casa a correr, con lo incomodas que son. Os preguntareis porque no las dejo en algún matorral o algo, pues porque me da susto y no quiero que me roben. Cuando estoy buscando un sitio donde guardarlas para que no me molestaran al correr escucho
- ¿Sabes donde te las puedes guardar sin que se te caigan?- me dice un chico y con el susto que me doy me caigo de lado.
De repente cuando abro los ojos me encuentro con la cara de Lian en modo preocupación.
- Brek ¿estas bien? No pretendía asustarte y menos que te cayeras. No le digo nada ya que no me salían palabras, voy a levantarme pero al instante mis piernas me tambalean y Lian me coge en brazos.- Anda estate quieta que sigues mareada dame las lleves de tu casa.- me encontraba tan maerada que no le dije nada lo único que hice señalarle donde estaban, ya se habían caído nada más cuando Lian me había pegado el susto. Que fuerte estaba, se agachó conmigo en brazos cogió las llaves y volvió a levantarse. Se le notaba mojado, sería porque había venido corriendo a mi casa.
Abre la puerta y me dirige hacía el cuarto de estar que desde la entrada se podía ver donde estaba. Me tumba en el sofá y se va. No sé porque pero llevaba un tiempo en estado de shock, no sabía con que demonios me había pegado en la cabeza pero me dolía mucho. Cierro los ojos.
- Venga incorpórate y bebe un poco de agua.- me dice Lian.
- Gracias.- le digo, por fin me había salido palabra.- Eres un estúpido ¿porque me has dado ese susto?
- Que rápido recuperas la fuerza.- me dice riéndose.
- Ya ves, no hay nadie quien me pare.- le digo con sonrisa irónica.
- Lo siento no quería darte un susto, lo único era que estabas tan entretenida buscando un sitio donde poner las llaves que no te ibas a dar cuenta de que estaba sentado en un banco esperándote.- me dice. L a verdad es que se ha llevado un buen susto cuando me estaba llamando y no abría los ojos.
- Buenos estas perdonado, pero no vuelvas hacer nada de eso. Para la próxima en vez de hablarme para darme un susto podrías hacer otra cosa.- le digo guiñándole un ojo.
- Quizás debería de haber hecho esto.- me dice acercándose a mis labios. Le sigo en cuanto noto que su lengua entra en contacto conmigo, nos damos un beso muy apasionado pero no se porque me hecho para atrás. Lo miro y veo como no entiende nada.
- ¿He hecho algo mal?- dice confundido.
- No nada.- le digo intentando tranquilizarlo- solamente que no me esperaba que ibas a hacer eso.
- Pues lo he hecho.- dice medio enfadado. Una cosa que recordar Lian es muy orgulloso.
- ¿Enserio que te ha molestado?.- le pregunto, quería picarlo.
- No no lo estoy, pero la próxima vez vas a ser tú la que vas a venirme a dar un beso porque yo no lo pienso hacer.- dice el orgulloso mirando hacia al frente.
- A sí, pues quizás podría ser ahora.- le digo cogiéndole de la cabeza y acercándolo ami. El beso se profundiza aun mas que el otro y siento como los dos tenemos ansia el uno del otro. Se separa.
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Un juego de amor
Teen Fiction- ¿Cual es tu color favorito?- le pregunto con una sonrisa. - El de tus ojos- me dice. - No pensaba que fueras así. - Yo tampoco pensaba que me ibas a ganar.