Capitulo 3

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Valentina sonrió al ver a Sara salir del agua encantada y sonriente. Ella mientras tanto, había preferido quedarse bajo la sombrilla que habían llevado y había contemplado el mar desde la distancia. Para nadie era un secreto que tenía cierto temor al agua gracias a un incidente ocurrido justamente en las playas de San Diego cuando tenía seis años.

La rubia lo recordaba como si hubiese sido ayer.

Había ido con sus padres y con Eva a la playa. La pequeña Valentina adoraba sentir las olas acariciando sus deditos y como la arena se hundía bajo sus pies. Había mirado atrás, León estaba entretenido charlando por el móvil. Su pequeña empresa estaba comenzando a florecer y estaba pletórico. Valentina no lo entendía muy bien, solo quería que su padre pasara más tiempo en casa y poder jugar al "atrápame si puedes" con él.

Elena estaba dejando las cosas de forma ordenada sobre la arena: mantas, sombrilla, juguetes para ella y Eva. La mayor ya había cogido su pala y su balde y había comenzado a construir un castillo de arena de forma muy concentrada, ensuciando sus manos y sus rodillas.

Eva odiaba los bañadores y Elena se había rendido de intentar hacer que usara uno. Así que simplemente la dejaban usar lo que estaba usando en estos momentos: una camiseta blanca con unos shorts playeros.

Valentina estuvo tentada a acercarse y pedirle que le dejara jugar con ella, pero Eva orgullosa, le habría dicho que no porque quería hacerlo ella sola, así que siguió mirando el agua. Elena le había dicho que no se acercara demasiado hasta que ella o León pudieran acompañarla, pero Valentina se estaba desesperando y tenía muchas ganas de meterse.

Miró el agua sobre sus pies y movió los dedos divertida.

Solo se metería un poco más... ¿Qué podía pasar? Unos pasitos más...

Y antes de darse cuenta estaba sumergida y una ola la había sobrepasado, quitándole la respiración. Movió sus bracitos y sus piernas tratando de luchar contra la fuerza de la embestida y la corriente, pero solo logró tragar agua y sentir que su pecho quemaba.

Y entonces todo se había vuelto negro.

No lo supo hasta varios años después, pero quien la había sacado del agua había sido Eva. Su hermana había aprendido a nadar desde muy pequeña mientras que a ella le había costado más. Luego de ese suceso, no se había acercado demasiado a una playa o una piscina, así que aún no sabía nadar.

La verdad era que, poniéndolo en perspectiva, aquella no había sido la única vez en la que Eva la había salvado. Cuando aún estaban pequeñas, Valentina recordaba como su hermana mayor la defendía de los abusones en el colegio.

¿Cuándo habían comenzado a odiarse?

Quizás cuando Eva había entrado en la adolescencia y su carácter había cambiado drásticamente. Se había vuelto más oscura, mas resentida, mas irónica... suspiró. Ella también había cambiado. Supuso que no todo era culpa de la otra chica.

—Joder, que buena está el agua—Escuchó decir a Sara que se acercaba aun sonriente. La chica cogió la toalla secando su cuerpo—Y que buenos están esos surfistas de allí—Señaló con la cabeza y Valentina giró la vista viendo a un grupo de chicos bronceados y muy fuertes que charlaban animadamente y que tenían tablas de surf.

Valentina no los detalló demasiado.

Estaba segura de que había algo malo en ella. ¿Por qué no miraba a los chicos de la forma en la que la mayoría de las chicas lo hacían?

No es que le desagradasen. Es que simplemente no despertaban en ella el interés suficiente.

— ¿No piensas ni siquiera acercarte al agua? —Sara estiró la toalla y se sentó junto a ella colocándose unas gafas blancas que combinaban con su bañador de rayas blancas y azules.

In Too Deep (Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora