In Too Deep (Juliantina)

Capitulo 15

Juliana estaba siguiendo las indicaciones del fotógrafo. Querían que las fotos fueran llamativas y sexys. Por lo general no solía maquillarse tanto, pero tampoco le desagradaba. Danny le indicó que se apoyara en la motocicleta que habían introducido en el lugar y Juliana no tuvo problema, le encantaba jugar y provocar con la mirada por lo que el fotógrafo estaba encantado. Tomaron un descanso y la morena estaba comiendo algunos tentempiés que habían por allí cuando Paloma se acercó con el uniforme del equipo.

—Hey... no sé si estoy loca, pero me pareció haber visto a...

—¿Sophia?—Preguntó Juliana con la boca llena de comida.

—¿Era ella?

—La marca de su padre es uno de los patrocinadores.

—¿Pero la has visto?

Juliana se encogió de hombros. Paloma sabía la historia de principio a fin. Como era que una mujer de treinta años había seducido a una chica de quince y como Juliana se había encaprichado con ella. En esa época aún no había salido del closet, pero no tenía ningún problema en darle detalles (demasiados quizás) a una Paloma que no estaba segura si lo que estaban haciendo estaba bien. No porque las dos fuesen mujeres, sino porque Sophia era mucho mayor que Juliana y la nadadora que en esa época era una joven promesa, aún era menor de edad. Vamos que la mujer habría podido ir incluso a la cárcel.

Y luego de ella Juliana se había convertido en la rompecorazones que era ahora. Paloma pensaba que era porque la empresaria había llegado en una época en la que Juliana estaba un poco frágil. Su madre aún no había enfermado, pero la adolescencia de Juliana había sido difícil cuando a Lupe la habían echado del trabajo y hacían un gran esfuerzo para que Juliana siguiera nadando.

Esta mujer había llegado y le había bajado el cielo con regalos y hospedajes en hoteles caros. Y por supuesto, mucho sexo. Por lo que probablemente la joven e inexperta Juliana había asociado el sexo con el bienestar... durante mucho tiempo el sexo había sido lo único que la había hecho sentir bien.

Hasta que había llegado Valentina. Y Paloma estaba feliz de que esa pequeña rubia apareciera en la vida de su amiga, porque estaba comenzando a creer que era incapaz de querer a nadie (románticamente hablando).

—Juliana...

—¿Qué?

—Ni se te ocurra hacer nada con esa arpía.

—¿Qué?—Preguntó confundida—¿Qué se supone que voy a hacer?

—Oh, no te hagas la tonta. Sabes perfectamente de lo que hablo—Le dio con el dedo en el hombro—Estoy segura que ha venido a buscarte y a seducirte como hace seis años y como ese par de veces en los que te ha buscado y has caído en sus redes...

—Oye, eso fue hace como tres años—Se defendió la nadadora—Y no he caído en las redes de nadie.

—Tiene un embrujo sobre ti.

—Claro que no—Dijo masticando con fuerza.

—No la cagues con Valentina...

Juliana la miró molesta.

—Paloma ¿Por qué me hablas como si no lo supiera?

—Porque no estoy segura de que tengas el concepto de fidelidad muy internalizado.

La otra chica apretó la mandíbula.

—Lo tengo bastante claro y no pienso fallarle a Valentina. Yo la...—Carraspeó y apartó la vista— Valentina es importante para mí y no me he olvidado de ella solo porque no esté aquí.