Las puertas del ascensor se abrieron en el piso 14, Shelley salió y caminó por el pasillo alfombrado hasta que estuvo frente a una puerta de madera que llevaba una placa colgada con la letra "C", inconscientemente palmeó los bolsillos de su jean en busca de su juego de llaves pero no lo encontró, se asustó.
-Mierda ¿dónde dejé las llaves?-Murmuró en voz baja haciendo memoria.
Se abofeteó mentalmente al recordar que las había guardado en el bolso negro con tachas y brillos y ese bolso había quedado en el bar, Shelley suspiró abatida, luego se revolvió sus castaños mechones de cabello con una mano.
-Ya que... el lunes lo recuperaré en el trabajo, le diré a Daniel que le diga a Cody que me lo guarde.
Era viernes, Shelley y Daniel trabajaban en el bar "Fast Food" todas las tardes de lunes a viernes, por lo tanto debería esperar hasta el lunes para recuperar su bolso.
Shelley sabía que Daniel estaba en el departamento ya que había visto la luz de la cocina encendida cuando llegaron con Tyler al edificio, así que golpeó la puerta repetidas veces para que el rubio escuchara.
-¿Qu... quién... es?-Se oyó del otro lado una voz quebrada.
Shelley se alteró ¿qué le había pasado a Daniel? ¿por qué lloraba? porque conocía a su mejor amigo desde los 5 años y se daba cuenta que estaba llorando.
La primera vez que se vieron fue en jardín de infantes, Daniel había defendido a Shelley de un niño que le había robado el juguete que había elegido para jugar, desde ese momento se hicieron inseparables, aparte descubrieron que vivían en el mismo barrio a dos cuadras de distancia por lo que prácticamente crecieron juntos.
-¡¿Daniel?! ¡¿estás bien?!-Preguntó Shelley con tono urgente.
La castaña escuchó el arrastrar violento de una silla y luego pasos acelerados que se acercaban.
-¡Shelley!-Gritó Daniel abriendo la puerta de par en par.
El rubio estaba hecho un desastre, tenía los ojos rojos, lágrimas bañaban sus mejillas, su pelo estaba revuelto y en sus manos llevaba un gigantesco bote de helado de frutilla.
Shelley iba a preguntar que mierda le había pasado pero antes de que pudiera emitir una palabra, Daniel arrojó el bote lejos, sin importarle si ensuciaba el piso o no, y se abalanzó sobre ella envolviéndola en un abrazo torpe que provocó que Shelley se tambaleara hacia atrás, perdiera el equilibrio y estuviera a punto de caer.
-¡Daniel!-Se quejó una vez que consiguió recuperar estabilidad.-¡Casi nos caemos!
Daniel rompió a llorar desconsoladamente, el repentino enojo de Shelley se esfumó y fue reemplazado por preocupación, le dio unas palmaditas al rubio en la espalda para intentar tranquilizarlo.
-Hey ¿qué tienes?-Preguntó en tono calmado, Daniel la abrazó aún más fuerte, Shelley trató de apartarlo ya que le estaba quitando el aire.-Daniel... me estás asfixiando.
Finalmente Daniel pareció entrar en razón, soltó a Shelley y se secó las lágrimas de los ojos, la castaña estaba verdaderamente confundida, no entendía por qué Daniel se comportaba de esa manera, se suponía que estaba enfadado con ella y no le hablaba.
-¿Por qué me abrazaste de esa manera? ¿y por qué estás llorando?-Fueron las primeras preguntas de Shelley.
Daniel no las respondió, en su lugar esbozó una sonrisa de alivio.
-¡Shelley! ¡que bueno que eres tú! ¡me alegro tanto, tanto pero tanto de verte! ¡no sabes lo preocupado que estaba!
Shelley arqueó una ceja, si antes estaba confundida ahora estaba totalmente perdida.
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Destinados (Tyler Posey y Shelley Hennig)
Storie d'amoreTodas las personas nacen con un pequeño tatuaje gris oscuro en la cara interna de su muñeca izquierda, los cuales pueden tener diversas formas, pueden representar cualquier cosa. Sin embargo sólo existe un gemelo de cada uno, es decir que cada tatua...