#2 PERDÓN; taennie

》Capítulo 3

Taehyung.

— ¿Desea algo señor? — la voz de Naeun me sacó de mis pensamientos.

Pensamientos de los cuales Jennie era la protagonista y seria así por siempre.
Verla después de aquella vez hizo que las ganas de tenerla a mi lado se incrementaran más y mis deseos por estar junto a ella, eran interminables.

Eres un idota, Taehyung. Eso es lo que eres.

— ¿Señor?

— ¿Eh? ¿Qué pasa Naeun?

— ¿Se le ofrece algo?

— No, puedes retirarte — y después de eso, desapareció de mi vista.

Tome un respiro y pasando mis manos sobre mi rostro, suspire pesadamente y luego subí hacia la habitación de mi padre, quien minutos atrás se había quedado totalmente intranquilo por la manera en como salí de allí.

— ¿Qué pasó? — fue lo primero que preguntó a penas me vio ingresar.

— No quiere verme — musite mientras miraba atravez de la ventana aquel extenso jardín decorado con flores silvestres.

— ¿Acaso pensabas que corriera a tus brazos?

— Padre — me giré hacia él.

— Disculpame hijo, pero como lo dije antes, Jennie esta en todo su derecho de estar molesta contigo y ni tú, ni nadie, tiene por que reprochar en su actuar.

— Y no le estoy reprochando nada.

— Entonces, deja de ir tras ella cada vez que la vez.

— Solo quiero que me escuche.

— ¿Y ella? ¿Quiere hacerlo?

— No — hablé con un sabor amargo en mi boca.

— Dale tiempo Taehyung, es muy pronto para que estés atrás de ella, déjala tranquila por un tiempo y quizás más adelante, las cosas cambien para ustedes.

— ¿Y qué si no? ¿Qué tal si hasta entonces, ya me borro de su vida para siempre? Yo no soportaría eso, papá.

— Yo no te crié con tales ideas, no vivas del ¿y si esto? ¿y si lo otro? Vive de lo que realmente es y de lo que con perseverancia, optimismo y sobre todo ahora con responsabilidad, vas a llegar a conseguir, Tae — se acercó a mí en su silla de ruedas, tomo mis manos y prosiguió — La bajeza que cometiste estuvo pésimo, porque no es de un hombre... y yo mejor que nadie lo sé, porque cometí el mismo error hace muchos años — habló con dureza característica de su parte — Pero puedo ver lo que cada uno de ustedes siente, y créeme que eso, es más grande que todo esto.

— Ella es demasiado impredecible.

Realmente lo era.

— Tienes razón, después de todo, ella tiene la palabra, pero eso sí... Espera, analiza y actúa, no te des por vencido, nunca debes de renunciar a nada.

— ¿No te estás contradiciendo un poco?

— Lo hago, pero no me contradigo cuando realmente quiero algo, pero...

— Pero... — deje la palabra en el aire esperando a que continúe.

— Si ella, ya no quiere nada después de un tiempo y de haberse aclarado todo... es mejor buscar la felicidad por separado.

[•••]

No sabía que era peor, que haya visto a Jennie irse de nuevo, las palabras de mi padre o que mi auto se haya quedado sin gasolina en medio de la carretera y con la batería de mi celular a casi morir.
Para ser exactos la primera era peor que las dos siguientes, pero de todos modos debía de regresar a casa antes de anochezca más.