Un Grupo de Aventureros

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— ¿Debería huir? ¿Qué?

La chica estaba de pie en la cocina preparando el desayuno, se sorprendió por aquellas palabras. — ¿Por qué?

Encontré huellas. Ella comprendió lo que eso significaba. Alguien que no sabía nada podría asumir que eran huellas de los niños o alguna broma pesada.Eran huellas pequeñas, hechas por pies descalzos que habían sido cubiertas de barro y excremento. Los pies de alguien que no pensaba pisar la hierba.Ella supo. Confiaba en él para saber lo que eran. Ambos sabían que había llegado el momento, por mucho que ellos hubieran deseado que no fuera así.

—Goblins.

Él, Goblin Slayer siempre estaba hablando de goblins. Se paró junto a la mesa del desayuno con su armadura y su casco. Era extraño, sí, pero era lo mismo que hacía todos los días.

Lo que no hacía todos los días era abandonar su inspección de la granja para venir y decirle que huyera.

Dejó de cocinar y miró sus manos. ¿Qué debería decir? Ella buscó las palabras correctas.

—Pero... puedes detenerlos, ¿no? Ella quería que dijera algo normal en respuesta.

—Sí, o —Yo puedo, o —Esa es mi intención. Ella necesitaba oír ese tono tranquilo.

—No, dijo, —no puedo. Su voz parecía tan pequeña. Las palabras sonaban como si él no quisiera decirlas.

— ¿Qué?

Una expresión de confusión y sorpresa escapó de sus labios. Se giró de repente y lo vio moverse ligeramente, como si estuviera temblando.

—En una cueva, podría luchar contra cien goblins y ganar.

De algún modo.¿Tenía miedo? ¿Él?

Los ojos de la granjera se abrieron de sorpresa.Su granja estaba rodeada por una cerca, por un muro de piedra, las barreras que él había reforzado.

También había unas cuantas trampas para atrapar animales o intrusos.
Estaba lejos de ser perfecto. Pero sabía que él había hecho todo lo posible para protegerlos.

Cuando lo observó, él miró hacia abajo una vez, como si vacilara, pero un momento después, él la miró a los ojos. O al menos, estaba tratando de hacerlo.

—Nuestro enemigo es un Lord, dijo en breve.

Había diez conjuntos diferentes de huellas. Una horda que podía atacar un asentamiento bien defendido pero decidía enviar diez goblins para explorar el lugar, debe tener un líder.

Un hobgoblin o un chamán quizás, pero no. En esta escala, tenía que ser...
Un Lord Goblin.Alguien que no sabía nada podría burlarse de la idea. Pero sí lo sabía. Sabía exactamente lo que significaba.

Lo más probable es que la horda fuera de más de cien goblins fuertes. Si los exploradores hubieran pasado, el ataque vendría hoy o a más tardar, mañana.

No había tiempo para pedir ayuda a los gobernantes o al estado. Incluso si hubiera tiempo, los nobles nunca se molestarán por simples goblins.
Goblin Slayer sabía todo esto. La granjera también lo sabía.
Porque había sido igual hace diez años.

— ¿Una horda de goblins...? ¿Un centenar o más criaturas malvadas?

—No soy un rango Platino... No soy un héroe.

No tenían los números.
No tenían la fuerza.
Eso significaba…

—No puedo.

—Deberías correr. Ahora, mientras aún hay tiempo.

The Goblin SlayerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora