Son las 12:00 am algo tarde como para seguir despierto y tener frente a mi una botella de vodka barato, vino amargo y un cenicero viejo con colillas de cigarro, mis asesinos silenciosos que me mantienen de pie esta noche. Mientras doy vueltas con mi dedo alrededor de mi vaso de whiskey logro ver su mirada reflejada en el ultimo trago de alcohol que queda en el fondo. Tomo un cerillo que es lo unico que logra iluminar la habitacion y un tabaco que queda como anillo al dedo y me sirve como vela para alumbrar las pocas horas de noche que quedan. su aroma sigue aquí como el alquitran que se encuentra impregnado en mis pulmones que ciegamente puedo ver saliendo del tabaco en forma de humo que se desvanece en el aire. Solo escucho el viento y las gotas de veneno saliendo de mi rostro y chocando con la desgastada mesa, fue mi culpa al no medir mis limites, fue mi culpa por embriagarme con la exquisita dopamina que me cegó de todo. Sus besos sabor nicotina siguen aquí esta noche, la noche de la mesa triste.