El ruido de la alarma del móvil me despierta. No recuerdo el momento en el que me dormí; recuerdo que después de ducharme me dirigí a la habitación de mi madre, no se encontraba bien y se había acostado sin cenar. Le preparé un vaso con leche caliente y se lo subí a la habitación.
Me bajo de la cama y abro el armario para decidir que ponerme el día de hoy, siempre o casi siempre intento dejar la ropa lista para el siguiente día. Me decanto por unos pantalones holgados grises y una camiseta de tirantas con rayas de colores pastel. Al dirigirme al escritorio donde se encuentran mis accesorios y pinturas, veo el llavero de Andy; tiene muchas llaves y entre ellas se encuentra una calavera, para mi gusto; bastante fea. Está oxidada y los rasgos están estropeado; tiene algo escrito en la parte de abajo con rotulador pero no llego a leerlo ya que como los ojos y mandíbula de la calavera, está a punto de borrarse por completo.
-¡Selena vas a llegar tarde!-. Grita mi madre desde la cocina. Meto las llaves de Andy en la mochila, me pongo los zapatos y salgo corriendo de la habitación. Mi madre está sentada en la mesa del comedor; tiene el pelo recogido en una especie de moño despeinado y viste de pijama, aún así, está perfecta. Cojo un batido de fresa de la nevera, le doy un beso en la mejilla y salgo de casa.
Casi nunca hay nadie en la urbanización, aquí suele vivir gente mayor o gente sin hijos. No conozco ni a la mitad de mis vecinos excepto al matrimonio que vive en frente mía; el se llama Antonio y ella Florencia, rondarán los 80 años. Me acuerdo que cuándo nos mudamos, vino Florencia con un bizcocho de limón y nos advirtió que llevaba mucho azúcar ya que ella no lo podía tomar.
A Antonio lo veo todas las tardes sentado en la puerta de su casa. Siempre me pregunto en que piensa, que le hacía estar todas las tardes solo, sin hacer nada. Sé que se quieren mucho. Varias veces, escuché como ponían canciones de su época y mi madre me avisaba para que les viese bailar desde la ventana de la cocina. Me pregunto cuál será el secreto para ser tan felices y bailar por tantos años con el mismo acompañante.
Mi madre me contó que Florencia era italiana y que Antonio en un viaje a Italia, la conoció y se enamoró de ella. Es verdad que las veces que he mantenido conversaciones con ella, noté su acento italiano. Llevan viviendo aquí muchos años y espero que sea así por otros más.
Cuándo me quiero dar cuenta, ya estoy cerca del instituto. Quisiera poder escribir o llamar a Andy para darle sus malditas llaves, pero nunca me pidió el teléfono. Sé que podría pedírselo yo, pero sé que voy a ser rechazada; cuándo el profesor de música nos puso juntos, el se negó a tenerme de compañera. Estuvo discutiendo con el profesor hasta que este lo amenazó con suspenderle el curso. A ver, es un poco extremista, pero se lo merecía, tuve que soportar que todos me mirasen en lo que duraba la discusión cómo si fuese una apestada. Nunca había dirigido palabra con él hasta que me preguntó donde íbamos a ensayar para el proyecto. El trabajo consiste en construir una melodía entre los dos con un mismo instrumento. Insistí en poder tocar el piano, ya que llevo bastante tiempo tocándolo, pero el solo sabía tocar un instrumento y era justo el que nunca había probado. Pensé que sería medianamente fácil aprender a tocarla aunque sea para la exposición pero con un profesor cómo Andy es imposible.
El primer día que quedamos fue después de clases, estuvimos toda la tarde diciendo que instrumento tocar, ya que si el tocaba cualquier instrumento que no fuese la guitarra le parecía mal ya que decía que habría quedar más días y no va a estar por la labor, pero si yo tocaba la guitarra, tendría que enseñarme él y sería igual. Aunque era lo mismo, se decidió por que yo tocase la guitarra. No me convenció del todo la idea, pero preferiría aprender a tocar la guitarra, antes que tenerle que enseñar tocar un instrumento a un cabezón cómo Andy. Después de eso, todo iba a ir bien hasta que el profesor empezó a tomar nota de lo que iba a hacer cada grupo y dijo que si nuestro compañero iba a tocar un instrumento nuevo o que no manejaba teníamos que encargarnos de enseñarle y si es nuevo para los dos pues aprender juntos.
La idea era dedicarle tiempo a la música y con alguien del cuál no te tengas relación. Yo sabía de Andy porque vamos a música juntos y nunca faltó a ninguna clase, pero nunca había dirigido palabra al menos que haya sido para algo relacionado con la asignatura.
Ya sabía con antelación que no nos íbamos a llevar bien, o sino hay que ver cómo se puso cuándo el profe le dijo que yo sería su compañera o cuándo dijo que debía enseñarme a tocar a guitarra sino quería el tocar otro instrumento. Se negó rotundamente a quedar por segunda vez hasta que en la salida me dijo que quedaríamos ese mismo día para hacerlo o sea, ayer.
No estaba de humor y discutí con él porque roció sus cosas en mi cama cómo si fuese su habitación.
Odio a los niñatos cómo el que se creen los amos del mundo y por ello todos los demás tienen que hacer lo que a él le venga en ganas. Me tomó en serio cuándo me cabree al ver que seguía pasando de mi tirado en mi cama con los ojos pegados al móvil y le dije que si no quería hacer el trabajo no tenía que hacerlo y más si estar conmigo le suponía un suplicio.
-¡Selena!-. Una voz familiar me saca de mis pensamientos, es Valeria; viene por detrás mía apurada por lo que decido esperarla.
-¿Qué tal estás? Ayer me pasé la tarde en casa de Ingrid haciendo el trabajo de plástica-.
-¿En plástica también os ha mandado trabajos en pareja?-. Parece que se han puesto de acuerdo los profesores para juntar a los alumnos.
-Sí, tenemos que hacer un dibujo donde plasmemos lo que nos transmite la otra persona. Ya sabes como es Mario de intenso, menos mal que te libraste de el este año. Por cierto, ¿con quién te ha tocado? No creo que Leo haya dejado hacer las parejas vosotros mismos-. Vaya, pensando en el rey de Roma, este chico está por todas partes últimamente. -El profesor me ha puesto con Andy-.
-¿Quién es Andy? No me suena de nada, y mira que es raro-. Eso es verdad, Valeria se sabe todos los cotilleos de todos y cada uno de los alumnos de El Ciprés. -A ver es verdad que en instituto es grande y que tiene desde los mocosos de 13 años hasta los 17 años pero, ¿Qué sea de nuestro mismo curso y que no le conozco? Ya tiene que faltar el chaval a clase-. No tengo ni idea si Andy asiste a las demás asignaturas, tampoco coincidí en ninguna otra con él.
-Bueno Selena me voy pitando para clase que tengo ahora mismo un examen de mates, deséame suerte-. Me da un beso en el moflete y no me deja devolverle el adiós.
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Ily
RomanceSiempre serás las cuerdas de la guitarra que nunca te dejé tocar con mis dedos. Siempre serás la melodía que hará mi corazón vibrar. _____________________________________ No todo es como queremos o imaginamos. A veces los estereotipos, lo que pensa...