La cinta roja

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El murmullo de jadeos amortiguados hacía eco por toda la habitación, Baek intentaba por todos los medios mantener sus quejidos en silencio, pero era imposible teniendo a Chanyeol detrás de él empujando contra su trasero como si su vida dependiera de ello, mientras una de sus manos estimulaba su miembro a un ritmo inhumano, estaban acostados de lado con sus ropas a medio quitar, Baek mantenía sus ojos fuertemente cerrados luchando contra las potentes sensaciones que le tentaban a soltarse y gritar pero sabía que afuera siempre había alguien, aunque en su interior eso solo lograba calentarlo más, Chanyeol detuvo las caricias que prodigaba en el miembro de su amante tomando su barbilla y cuando éste emitió un gemido quedo a modo de protesta, así que empalándolo con más fuerza atacó su boca sin piedad, para luego desplazar sus labios hasta su oído y morder suavemente el lóbulo.

-Quiero escucharte... Déjame oírte.

-Afuera... -intentó razonar Baek -Afuera hay personas.

-No me importa -Chanyeol tomó la pierna derecha de Baekhyun y la elevó un poco antes de comenzar nuevamente sus embestidas a un ritmo violento robándole el primer gemido alto, Baek sentía que estaba tan cerca, casi allí, sabía que faltaba prácticamente nada para degustar el momento final, ese que hasta hace poco no conocía y ya anhelaba, pero necesitaba más mucho más, por eso en un impulso movió su trasero hacia atrás provocando al alto y en el proceso encontrándose con él.

-Oh joder... -bramó el príncipe extasiado -Otra vez -Baekhyun lo hizo, una y otra vez torturando y torturándose, sintiendo como su sangre comenzaba a espezarse y su garganta ya no podía acallar los sonidos

-Tócate Baek -ordenó Chanyeol sin dejar de moverse observando cómo su pene brillante y resbaloso entraba y salía del interior del chico, perdiéndose el sonrojo que cubrió el rostro del mismo mientras su fina mano envolvía su propio falo y comenzaba a masturbarse, Chanyeol entonces elevó sus ojos hacia allí y la vista lo enloqueció, el más bajo tenía su boca abierta y sus ojos fijos en el trabajo manual que él mismo se realizaba, mientras sus caderas no dejaban de moverse, y sensuales gemidos se le escapaban. 

-Oh mierda Baek vas a matarme... Más rápido... Tócate más rápido.

Baekhyun aceleró sus movimientos al tiempo que Chanyeol lo hacía detrás de él prácticamente bufando, y ya no pudo más cuando un remolino de exitación hizo un cataclismo en su vientre y estalló desbordándose en su mano, mientras Chanyeol susurrando roncamente en su oído lo hacía en su interior.

-¿Estás bien hermoso?
Baekhyun sonrió sin abrir sus ojos por la manera en que fue nombrado, Chanyeol era un hombre rudo y para nada sutil, su carácter era difícil y las palabras cariñosas no existían en su vocabulario pero, Baek había aprendido a descifrar cada una de las acciones que conllevaba un elogio implícito, y sobre todas las cosas a atesorar las palabras que sí decía, asintió con algo de energía para enfatizar su punto provocando una pequeña risa en el príncipe y se relajó cuando sus brazos lo rodearon, dejando suaves caricias en su barriga hasta quedar dormido.

                   

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-Alteza... Los príncipes Yifan y Chanyeol están aquí para verla.

Los anunciados pasaron a la habitación de su madre sin dirigirse una mirada siquiera, la tensión podía cortarse con un cuchillo y ninguno de los dos hacía nada para remediarla, la conversación que tenían pendiente con su progenitora solo caldeaba más el asunto porque sabían que no sería ligera ni cordial, se suponía que un príncipe al llegar a su edad madura estaba por encima en el status social de la realeza, pero Soheon a parte de ser la consorte real había criado a su hijos como lo que eran, hijos, y no admitía peleas entre ellos ni desavenencias, además de que cualquier mal comportamiento por parte de estos recaía inmediatamente sobre sus hombros, era algo contradictorio si se tenía en cuenta que llegaba el momento donde no podía controlar sus acciones o caracteres pero esas eran las reglas, por eso la reina se encargó de que sus hijos crecieran en un ambiente de amor y hermandad, así como disciplina para evitar futuras complicaciones.

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