Mentiras a la luz

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Ya no sentía su corazón, Baekhyun podía jurar que todo el funcionamiento de su cuerpo se había detenido, se sentía tan vacío, había comenzado a creer en el amor, incluso en algún otro momento hubiera podido decir que lo había experimentado, pero ya no estaba seguro de nada, porque una vez Kyungsoo... Ese chico de aspecto delicado y labios en forma graciosa le dijo que estaba enamorado y era correspondido, que el sentimiento que le profesaba al príncipe Jongin era sincero y antigüo, fuerte, y ese mismo hombre al que había amado con tanta devoción fue quien acabó con su vida, ahora por su parte estaba Chanyeol, el dueño de sus pensamientos y sus besos, el responsable de que su corazón trabajara cada día, ese que hacía a su piel despertar y a sus fuerzas morir, quién lo dejaba extenuado y placenteramente rendido, el mismo al que le entregó todo lo que nunca antes pensó dar, ese príncipe que lo había abandonado, simplemente se había esfumado y Baek ni siquiera lo vió cerca cuando fue arrastrado y humillado, ni siquiera cuando Soo falleció, entonces se repitió la pregunta que anteriormente se había planteado, ¿Es esto el amor? ¿Es solo sufrimiento y angustia? ¿Es sólo traición y abandono? Baek pensó que ya no quería amar nunca más, que ya no quería entregarse porque la lección al final del día dictaba que quien ama más siempre pierde, siempre sufre, y era realmente injusto, era muy injusto que fuera así.

Recogió sus piernas contra su pecho en posición fetal y lloró amargamente sobre el frío suelo del calabozo por segunda vez en su vida, el amor es un sentimiento efímero, pensó, es mejor no sentir, su cuerpo se sacudió con cada sollozo y los sonidos se hicieron más intensos al punto de poder ser escuchados por los pasillos que conducían a las demás celdas, Baek tenía la ligera impresión de que su dolor era compartido y que hasta las paredes lloraban, el silencio sin embargo era sepulcral, pero de alguna manera la tristeza embargaba todo.

Si pudiera echar el tiempo atrás cambiaría tantas cosas, hubiera permanecido en casa con su familia, hubiera muerto con ellos o intentado salvarlos, estaría vivo o muerto porque así el destino lo habría decidido, pero Chanyeol no viviría en su memoria, y Kyungsoo estuviera vivo.

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La princesa Jinha fue llevada a su habitación y obligada a quedarse allí, se deshizo con fuerza del agarre que gentilmente un eunuco mantenía sobre ella por orden del rey, y caminó por su habitación como un león enjaulado, todo estaba perdido definitivamente, no había forma en el mundo en que pudiera arreglar el desatre que  la aparición de ese infeliz cocinero había provocado, todo por culpa del general Jondae, siempre metiendo las narices donde no lo llamaban, siempre intentando sacar de dónde no había nada, ¿Y ahora que explicación le daría a su padre cuando volviera a llamarla? Porque era algo seguro que eso sucedería, desvelar el secreto que guardaba Chanyeol sobre su falso eunuco solo había servido para desviar la atención lejos de ella, y aunque quizá había ganado tiempo debía prepararse para lo que estaba por llegar.

Su cabeza trabajaba a la velocidad de la luz buscando una vía de escape que le permitiera salvar su piel y de paso, ganar nuevamente la confianza de su padre, entonces frenó en seco recordando algo de suma importancia para el reino y la vida de cada persona en el palacio, algo que le hizo sonreír amplio y llamar en voz alta a una de sus doncellas.

-¡Hyerin!...
-¿Si alteza...? -respondió la chica de inmediato entrando a la habitación principal.
-Ven conmigo ahora.

                               🌹🌹🌹

-¡¿Qué?! -susurró Minseok colocando una mano en su pecho -¿Por qué? ¿Kyungsoo era un joven adorable por qué le harían algo así?

-Al parecer era cómplice de Byun Baekhyun, el guardián de tu hermano Chanyeol -respondió Jongdae pasándole un poco de agua al príncipe en un vaso.

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