La sala común

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Baek no durmió mucho esa noche, Kyungsoo lo había liberado de su turno en el harem y solo lo envió a su habitación, supuso que su rostro demacrado le explicó muchas cosas, después de todo era la primera vez que se encargaba de las necesidades sexuales de un noble del palacio, y en su posición como eunuco solían pasar dos cosas, o bien terminabas afectado por imaginar algo que antes podías hacer y que ahora resultaba imposible, o simplemente traumado por los sonidos del sexo que en tu vida habías probado, obviamente su situación era la segunda, porque Baekhyun a sus veinte años aún se sentía extraño y tímido cuando al despertar sentía su miembro erecto por los deseos de ir al baño, y esa noche había experimentado sensaciones que lo habían descolocado profundamente.

La mañana llegó y encontró al chico desvelado, las pocas horas que había logrado conciliar el sueño se convirtieron en un desenfreno de cuerpos frotándose y manos por doquier, ojos intensos y voces profundas, al final despertó bañado en su sudor y con una sustancia viscosa y extraña manchando la parte frontal de sus pantalones, se levantó horrorizado y corrió a limpiar el desastre en su ropa antes de que alguien más lo hiciera por él y tuviera que dar explicaciones, o no, porque de seguro el tiempo no le alcanzaría ni para abrir la boca.

Cansado de dar vueltas sin remedio decidió que lo mejor sería ocupar su mente en algo más, algo como la lectura y el estudio, así que se encaminó a la biblioteca, era un lugar amplio y lleno de todo tipo de pergaminos que habían sido escritos y coleccionados a lo largo de los años, por lo general era frecuentada por los literarios e historiógrafos del Jiphyeonjeon o el Salón de Notables, un lugar  que había sido establecido por el Rey Sejong y en dónde los eruditos se dedicaban a investigar sobre las ciencias y las artes, pero hoy extrañamente y para su suerte estaba solitaria, así que se internó en ella caminando entre los estantes, desempolvando libros sin buscar nada en particular, hasta que su vista divisó al final de uno de los pasillos, "La sección prohibida", su nombre lo decía todo, no debía husmear allí, pero Baekhyun era poseedor de un carácter curioso e intrépido, las reglas y prohibiciones siempre le sabían a reto y sin pensarlo demasiado caminó en esa dirección, estuvo unos minutos pasando sus manos por los libros de medicina viejos y prácticamente destruidos, y observando con interés los pergaminos de historia antigua, nada fuera de lo común, hasta que descubrió algo que hizo colorear sus mejillas, "Crónicas del acto sexual y la reproducción".

Baek mordió su labio inferior mirando a su alrededor para serciorarse de que no era observado, flexionó sus piernas hasta sentarse en el suelo acomodando sus ropas sin soltar el libro, quedando de frente a donde se encontraba la entrada, así podría cerrar el volumen rápidamente en caso de que alguien llegara, su cabeza comenzó a dar vueltas en cuanto abrió el mamotreto, sus ojos se hicieron más grandes mientras pestañeaba rápidamente sin dejar de ver las figuras, ¿Eso era un falo erecto? Bien, Baek conocía su pene aunque apenas si lo tocaba cuando necesitaba orinar, pero verlo así desde otra perspectiva obnuvilaba sus sentidos, pasó las páginas evitando entender lo que señalaba cada flecha en una determinada parte de aquel dibujo, pero lo peor llegó después, cuando las ilustraciones comenzaron a ser más explícitas mostrando posiciones eróticas de dos personas practicando sexo, Baek arrugó su frente con las mejillas arrevoladas dando vueltas al libro sin entender muy bien, al parecer las bolas no entraban allí, solo el miembro, ¿Y que se supone que hacía esa mujer de rodillas tan cerca al pene duro del hombre? Quizá era un Rey y por eso estaba en esa pose. Mordió sus labios recordando al cuarto príncipe mientras uno de sus dedos recorría distraídamente la página que hasta hace poco miraba, sus ojos estaba perdidos en la nada, tan absorto en su mundo que no sintió la presencia de alguien más detrás de él hasta que una risa lo sobresaltó.

-Vaya, vaya... ¿Pero que tenemos aquí?

Baekhyun cerró el libro todo lo rápido que pudo y se giró en el suelo llevando sus ojos hacia arriba, para posteriormente ponerse de pie y hacer una reverencia quejándose silenciosamente en el proceso por sus piernas dormidas, allí frente a él se encontraba Luhan, un joven médico procedente de la región de Yuan, había llegado hacía alrededor de dos años al palacio, para apoyar las investigaciones del "Salón de los notables" en el área de la medicina, el muchacho era extremadamente bello, Baek nunca había visto algo así, su beldad era tanta que podía opacar a la concubina más hermosa del harem, pero lo peor era que lo sabía y se aprovechaba de ello, su carácter era coqueto y su mirada como esa que ahora mismo le dedicaba a Baek, demasiado pícara.

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