𝕷𝖔𝖛𝖊 𝖘𝖍𝖔𝖙 𝄄 Lee Minho

007

Ridicula.

Esa palabra es la mejor definición para mi persona en estos momentos. Ya me he cambiado mi ropa mojada por la ropa de mi amigo, tengo puesto un pantalon deportivo azul con elástico ajustable en la cintura, y una remera de mangas largas color roja que me llega casi hasta las rodillas, lo peor de todo no es como voy vestida, sino que Jisung no tenga ropa completamente negra en su armario, más que Jeans básicos.

¿Que tipo de sentido de la moda tiene ese chico?

Abro la puerta del baño indignada, y salgo al pasillo. Camino hacia las escaleras y cuando estoy apunto de bajar, escucho un par de risas detrás mío, me volteo y me encuentro con tres clones de Han Jisung.

―¿Quién eres tú y que has hecho con Kang Yerin?― Chris habla con tono burlón.

―Me la comí, idiota.

Felix ríe y habla, ―Ah, ahí está nuestra Yerin.

―Y... díganme, ¿Qué se siente ser clones?― agrego observándolos con gracia.

Hyunjin agrega maliciosamente, ―No lo sé, tu dinos.― los chicos lo miran sorprendidos para luego hacer una bulla.

Este chico acaba de conocerme y ya me esta... ¿Molestando?

Me cae bien.

―Cambie de opinión, ya no puedes hablarme cómodamente, Hwang Hyunjin.― digo, para darme la vuelta y bajar las escaleras con ellos siguiéndome el paso.

Al llegar a la sala nadie nota mi presciencia ―por suerte― ya que estan hablando entretenidamente entre ellos, no les doy importancia y me dirijo a la cocina en busca de mas doritos, debido a que Felix y yo ya nos hemos comido todo el paquete.

Observo a mis alrededores mientras camino por el pasillo atravesando el living, observando los cuadros y decoraciones, olvidaba lo grande y bonita que es la casa de Jisung, creo que vendre mas seguido como en los viejos tiempos, es muy acogedor y tranquilo el ambiente aqui, lastima que esta él.

Camino hasta la cocina, perdida en mis recuerdos creados en esta casa, no me doy cuenta de que hay alguien mas allí y sorprendida me quedo estática en mi lugar.

Él tiene exactamente lo que buscaba.

Los Doritos.

―Oh, hola.― hablo, causando que su mirada caiga en mi.

Él castaño sonrie y habla, ―Hola.

Esto es algo incómodo... ¿Debería pedirle los doritos e irme? O, ¿Seria muy grosero de mi parte?

Me dirijo a la barra situada en medio de la cocina, y apoyo mis brazos alli, ―Así que... viniste, al fin.

―Si, ¿Me extrañaste?

Su respuesta me toma por sorpresa y no se que decir, ―No, como crees.

Una sonrisa pícara se forma en sus labios, ―Entonces, ¿Por qué estas aqui hablando conmigo a solas?

Hago una mueca de confusión, ―A caso ¿No puedo conversar contigo sin tener segundas intenciones?

Aunque, en realidad, si las tengo.

―Tranquila, es broma.

Volteo los ojos, y hablo con sarcasmo en mi voz, ―Eres muy bueno haciendo reír a la gente.― levanto mi peso de la barra y me dirijo hacia la alacena en donde guardan todos los snacks, busco allí otro paquete de Doritos pero es en vano, ya no hay más.

Siento su mirada sobre mi, y me volteo decepcionada, ―¿Buscas esto?

Trato de sonreír amablemente, ―Si, ¿Me das?