Hace días que las palabras de aquella mujer aún resonaban en su cabeza y más aún cuando escuchaba su voz o veía su rostro, pero como había dicho, no podía interferir ya que aquel no sabe claramente a lo que se refería.
— Oh, vaya que Francia es tan hermosa. Recuerdo la primera vez que estuve ahí, todo iluminado y magnífico casi un sueño... —dijo la de cabello dorado con una sonrisa y después tomando de la copa de vino.
Sí... Alisson, Andrea, Dorian y él se encontraban ahí, en una reunión con unos contratistas Franceses.
La conversación solamente se a centrado del país de aquellos dos y aún no se a hablado sobre el proyecto que esta a punto de emplearse, es por eso que Nathan se encontraba aburrido, ya que, aquel no es de este tipo de charlas.
Como aquel había arreglado los planos, estos dos hombres querían conocerlo con el fin de expresarle unas ideas para los modelos de los demás más Restaurants Cyhus.
— ¿A estado en París, señor Jones?
Al escuchar aquella pregunta de uno de los extranjeros y que esta dirigida a él, de inmediato alejó el tenedor de sus labios y observó a la persona.
— Por desgracia no —contestó con un a sonrisa— Sin embargo, eso no me impidió grabar los detalles que solicitaban.
— Es cierto... —expreso la otra persona — lo cual es mucho más interesante, ya que por lo que sé, la mayoría de los arquitectos necesitan ver la ciudad de sus contratistas con sus propios ojos con la finalidad de ser más leales al diseño que estos solicitan.
— Oh por favor, eso solo es un mito —dijo la pelirroja— los contratistas nos dan las ideas, mientras que la ciudad solamente nos inspira con el propósito de que se acerqué más al gusto de ellos.
Y bueno, otra vez disimuladamente rodó sus orbes al escuchar que el tema ahora se centraba en otra cosa y no en el proyecto.
Por un momento se dedicó a ver la mesa redonda y después contemplar el restaurant en donde se encontraban. Se sorprendió al saber que Dorian lo había invitado, bueno obligado, y aún más al saber que seria uno de lo lugares más costosos de la ciudad, y sí, el mismo hotel en dónde los dos se acostaron la primera vez.
El castaño continuó saboreando la deliciosa comida y escuchando las voces de aquellos que conversaban.
Sólo pasaron unos minutos cuando aquellos dieron fin a la reunión, ya que, al ver a través de las ventanas se podia presenciar que la oscuridad reinaba.
— Buenas noches —expresó como último Nathan y después solamente se dedicó a ver como los hombres se retiraban.
— ¡Qué tedioso! —dijo la rubia arreglando su vestido y levantándose de la mesa— hablaban y hablaban igual como el zumbido de las asquerosas moscas.
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Sugar Baby
RomanceNathan Jones, desde que terminó sus estudios y comenzó con su vida laboral, ¡él no se a descansando ni una sola vez! Porque su tiempo siempre lo consume su nuevo trabajo. No obstante, aquella infernal y estresante desdicha termina cuando su amiga lo...