Capítulo Siete

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Su cabeza se encontraba apoyada en su propio brazo izquierdo mientras que su otra extremidad estaba extendida por las suaves sábanas de la cama

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Su cabeza se encontraba apoyada en su propio brazo izquierdo mientras que su otra extremidad estaba extendida por las suaves sábanas de la cama. Nathan movió sus piernas para tener una mejor posición, y al concluir, suspiro plácidamente con el fin de obtener un sueño más profundo, ya que ahora, esta consciente que se encuentra acostado... Sin embargo, abrió sus ojos ante una sensación, no, ante algo que recorría sus piernas destapadas y que llegaba a su espalda. Un peso fue lo primero que sintió y luego un cosquilleo en un oído.

Con eso se dio cuenta que no se encontraba en su cama, y más aún, que no esta solo.

El joven movió un poco su cuerpo para ver la "cosa peluda" que estaba en su espalda, pero, lo único que vio fueron unos ojos celestes que que lo miraban fijamente, unos con pupilas alargadas y contraídas.

— ¿Un gato? —susurró al darse cuenta del animal que se había sentado en su dorso—.

Aquella criatura lo observó fijamente por unos segundos, y luego, lamió la nariz del Nathan y comenzó a caminar hasta llegar a una de sus manos en busca de cariño.

— Vaya... —Solto y movió obligado su palma para atender las necesidades del minino—.

Acarició la pequeña cabeza y continuó descendiendo por el pelaje gris.

— Pero que hermoso eres —lo mimo y al terminar de frotar sus dedos en la pequeña barbilla, observó la plateada placa que poseía una forma de murciélago— Bruce... —leyó la primera palabra y luego al leer la otra soltó un par de risas— ¿Bruce Wayne?

El joven mostró sus dientes ante su expresión divertida, y otra vez deslizó sus huellas detrás de las orejas de la mascota ora darle más cariño.

— Así que le gusta el caballero de la noche —comentó— bueno, a mí me gusta más Stark.

Dejó de hablar al ver como el gato movió sus pequeñas antenas, y después, comenzó a caminar a uno de los extremos del lecho hasta bajarse.

Aquel solamente vio como Bruce cruzaba la puerta y desaparecía de su vista.

Bostezo cansado por el sueño que le provocaba la poca claridad del cuarto.

Sí, aún es de noche.

Jones al ver una lámpara, extendió su brazo a un lado con el proposito de encontrar el botón del objeto, y al tocarlo, la luz se hizo en el cuarto.

— ¡Pero que...! —salió de su boca al ver a su alrededor—.

Asombrado observó la estructura de la habitación iluminada, las paredes eran vidrio puro, las cuales, eran cubiertas por unos visillos celestes transparentes que impedían ver las gotas provocadas por la lluvia... y por otro lado, el diseño de aquel cuarto es de otro nivel; la decoración y esos pequeños pero elegantes detalles lo hacían resaltar más. Y sí, vaya que lo dejó sin palabras.

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