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Lunes 02 de Marzo 2015.

Ubicación: Culiacán, Sinaloa, México.


8:00 AM



Alessandra POV:


Otra guardia terminada, por fin era hora ir a casa, estos últimos días en el hospital habían estado mas pesados de lo usual, tenia que correr de un lado a otro pero a quién engañaba,  me encantaba, y lo mejor de todo era que cada vez faltaba menos para terminar el internado acercándome mas a mi meta de recibir el título de medico cirujano y partero.

Salí del hospital después de registrar mi hora de partida, ingrese al estacionamiento y me dirigí hacia mi camioneta, estando arriba de esta la encendí, decidí tomar rumbo hacia un Mc Donald's, solo deseaba comer algo rápido para poder ir a casa, pedí una orden de nuggets con unas patatas y una botella de agua por medio del servicio al auto, después de pagar la chica me indicó que en la siguiente ventanilla me entregaban, avance hacia esta y apague la camioneta, mientras esperaba note que en la avenida pasaba a toda velocidad un convoy de camionetas lujosas.

Atine a suspirar y girar los ojos en sincronía, seguramente eran los hijos de los empresarios ricos de Culiacán o aún peor los chicos malos. Con esto me refería a los grupos de hombres que formaban parte del mundo del narcotráfico, el hecho de llamarlos líderes, narcos, maleantes, ladrones, y todos sus derivados me fastidiaba en cierto aspecto, estaba claro que una parte si lo hacían por gusto debido a que era su estilo de vida, pero la mayoría eran obligados y lo hacían por proteger a sus familias.

Cuando mi orden estuvo lista, la tome y agradecí al chico que me la entregó, encendí la camioneta y me puse en marcha, no tarde menos de diez minutos en llegar a casa, presione el intercomunicador, después de unos minutos el portón se abrió, introduje el vehículo y aparqué la camioneta frente a la puerta, al instante Leonel se acercó a abrirme la puerta, algo que le había pedido millones de veces que no hiciera pero siempre me respondía que era parte de su trabajo.

- Buen día señorita. - me sonrió.

- Buen día Don Leo, ¿Qué le he dicho acerca de la puerta?. - tome mi mochila del asiento de copiloto y baje del vehículo.

- Usted sabe que es parte de mi trabajo, y siempre la atenderé como se lo merece. - le di un abrazo que correspondió con cariño.

Don Leonel era uno de los trabajadores más antiguos de esta casa, prácticamente me vio nacer y le tengo demasiado cariño, lo consideraba un abuelo más.

- Gracias por eso. - me retire y le sonreí.

- De nada niña, su hermana Carolina está en casa, y me pidió que en cuanto llegara le avisara que subiera a hablar con ella.

- Perfecto, gracias por el recado. - le mencioné antes de salir disparada a casa.

Abrí la puerta y entre cerrando tras de mi, fui directo a las escaleras para subir a la segunda planta y encontrarme con mi hermana, camine en el pasillo de la habitación y me plante frente a su puerta dando tres toques.

- Adelante. - al escuchar eso entre. - ¡Ale es un milagro verte!. - se acerco y me abrazo, acto que correspondí al instante.

- Lo mismo puedo decir, te desapareces por mucho tiempo. - nos separamos y ambas tomamos asiento sobre su cama.

CHICO MALODonde viven las historias. Descúbrelo ahora