• Viernes 14 de Octubre 2015.
Ubicación: La Tuna, Badiraguato, Sinaloa, México.
2:00 PM
Ovidio POV:
- Dele mi chula dele ya casi. - le dije acariciándola.
Unos bufidos después logramos terminar, no pude hacer nada más que esbozar una sonrisa.
- Bien hecho mi preciosa. - acaricie su cabeza y deje un beso en esta.
Estaba demasiado orgulloso de mi yegua, me acaba de dar un potrillo bien sanito, esa sensación de recibir un nuevo animalito era una de las cosas más perronas, deposite el potrillo al lado de su ma' y salí de ahí.
- Te los encargo plebe - nuestro veterinario de confianza asintió.
- Ya sabe patrón - deje una palmada en su hombro y salí de los potreros.
Camine sobre el jardín y tome rumbo hacia la casa, fui directo a la cocina topándome con Griselda, estaba de espaldas así que decidí abrazarla de sorpresa por su cintura para hacerla enojar.
- ¿Cómo está mi hermanita la más chula? - la acerque a mi y deje un beso en su mejilla.
- ¿Qué chingados Ovidio? - su ropa se llenó de la sangre del potrillo que aún no retiraba de mis manos y brazos - Quítame tus asquerosas manos de encima, no se ni me importa de que cristiano sea esa sangre pero me está ensuciando imbécil.
- Que exagerada manita', y no es de ningún cristiano, es de un potrillo - me aleje sabiendo como se pondría.
- Sabes que detesto la sangre ya ni la chingas - yo reí mientras ella salía de la cocina supongo pa' cambiarse.
Me dirigí hacia el fregador, abrí la llave, mojé mi mano y mis antebrazos con agua, después los tallé con jabón por último enjuague todo, una vez limpio cerré la llave, tome una de las toallas y me seque, me dirigí al refri para tomar una cerveza de este, la destape y bebí la mayoría de su contenido de un trago, deje el envase en la barra, me estaba cagando de hambre.
- ¡Marta! - llame a la mujer que nos ayudaba aquí en mi rancho, ella al instante se apareció en la cocina.
- Dígame señor - me miro.
- Me estoy cagando de hambre Martita - rasque mi barbilla.
- No hice nada porque su hermana me había dicho que ella haría la comida - pinche Griselda era más huevona que nada que iba a andar haciendo comida pensé - Pero ahorita le preparo lo que se le antoje, usted pida.
- Tan bonita la Martita - me acerqué a ella y la abracé por sus hombros - Aviéntate unos de esos huevitos con chorizo que te salen tan sabrosos - ella asintió.
- Claro que si señor, y ahorita le hago esos frijoles que tanto le gustan junto con sus tortillas de mano, ya verá que se va a chupar los dedos.
- Esa es mi Martita - deje un beso tronado en su cachete causando que ella riera.
Tome el envase de cerveza y salí de la cocina hacia el comedor, esperando que pronto estuviera lista mi comida.
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CHICO MALO
FanfictionNo puedes resistirte, pero sabes que es un problema. *En edición y continua* NOTA: Todo lo que aquí se relata es ficción.