⭑𝐏𝐫𝐨́𝐥𝐨𝐠𝐨⭑

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♱୨ ℒ𝒶 𝒞𝒶𝓁𝒾𝒹𝒶 ℒ𝓊𝓏 𝒬𝓊ℯ 𝒜𝓁𝓊𝓂𝒷𝓇𝒶 ℰ𝓁 𝒞𝓇𝓊ℯ𝓁 𝒟ℯ𝓈𝓉𝒾𝓃ℴ ୧♱






La fresca briza de verano se coló por la ventana haciendo ondear las cortinas y consigo llamando la atencion de la paciente yaciente sobre la camilla con la mirada perdida en el cielo raso sobre su cabeza, el viento le hizo cosquillas sobre la nariz a la vez que la briza dio una segunda caricia a su mejilla haciéndola incorporarse. Su ahora enmarañada melena de un rubio dorado cayó sobre sus hombros.

El viento no era lo unico que se filtraba por la ventana, tambien el bullicio del gran imperio Tokyo, el sonido de los trenes, el hablar de las personas como un atropellado murmullo, los olores provenientes de diferentes direcciones y, como no, los rayos del hermoso y todo poderoso dios Sol.

Miro de un lado a otro buscando señal de algun familiar, amigo u personal del hospital, aprovechando que no habia nadie allí sus pequeños pies tocaron el helado suelo y, desobedeciendo a las órdenes que habian sido dadas por el doctor, se levantó; Hubiera deseado no tener un catéter insertado en su muñeca derecha, el cual a su vez estaba conectado a un suero, pero no se podía tener todo en la vida.

Tomó el atril y tiro de este mientras daba un par de pasos en dirección a la ventana. Se sentía bien poder moverse sin ayuda, aveces no comprendía porque la ayudaban para todo al fin y al cabo era su corazón el cual habia comenzado a morir pero, ni siquiera estaba tan avanzado!. Podía caminar, podía comer, arreglarse por cuenta propia, aún estaba viva y no quería desperdiciar lo que le quedaba de vida en una camilla siendo vista con ojos de pena y dolor.

Daishi pensaba que, si moriría, no quería pasar lo que le quedaba de vida sin hacer nada. Habia intentado decírselo a su madre, pero esta seguía en negación y su padre apenas la visitaba, al pobre hombre aún no le cabía la idea de que su unica hija estaba muriendo. Si bien era cierto que habia nacido con dificultades cardiacas no imaginaron que seria tan grave.

Es decir, de la noche a la mañana la pequeña Daishi paso de ir a la escuela y tener una vida relativamente normal, a lo que se refería a un mundo como ese, a bradicardia y ser internada en un hospital de emergencia. Luego de muchos estudios se descubrió que: Su corazón estaba muriendo, estaba dañado.

Aunque habia una incongruencia y es que a pesar de tantos estudios aun ningun doctor habia dado con la causa del porque su propio cuerpo atacaba las paredes de su corazón u del porque en algunos estudios parecía que los latidos de su corazón se normalizaran por cierto lapso y volvieran a decaer. Pero y eso que?!, ella iba a morir eso era lo unico en la cabeza de sus pobres padres y en la de Daishi. Solo que esta lo veía de una manera diferente.

A decir verdad, luego de pasar por la negación y el miedo súbito a nunca volver a ver la luz del sol, simplemente lo acepto. Acepto que todo acabaría y si iba a ser asi entonces quería hacer las cosas que nunca hizo: Quería correr, saltar, nadar, jugar bajo la lluvia.

La cálida luz toco su pálida piel. Los rayos del sol bañaron sus brazos y rostro, se sentía tan feliz de poder disfrutar de la luz del sol, de sentir los rayos del sol y el gratificante calor que estos le proporcionaban: Eso significaba que aún estaba con vida.

Observo el cristal en silencio, una niña de un desaliñado cabello dorado, piel pálida y grandes ojos heterocromaticos le devolvió la mirada; Los ojos de Daishi padecían de heterocromía central, es decir el nacimiento de su iris era de un color el cual era completamente diferente al resto de este. En su caso, el nacimiento de su iris era de un color gris mientras el resto era de un profundo azul zafiro, de no ser suyos y no haberlos visto una y otra vez frente al espejo, hubiera pensado que se trataban de los ojos de una muñeca.

Una corriente de aire helado azotó contra la ventana, tambien contra su rostro haciendo que devolviera su mirada al paisaje. La unica ventaja de estar en un paisaje relativamente alto era la vista. Podía ver Amaterasu la fuente que mantenía activo todo el imperio, tambien algunas casas, plantas, la ciudad y las personas que le resultaban bastante cómicas ya que se veían pequeñas en comparación a ella. Cosa que era irónico pues la pequeña alli era ella.

Comenzó a sentirse sofocada, pero no lo suficiente como para tener ganas de regresar a la cama. Soltó el atril y colocó sus manos en el marco de la ventana, asomo su cabeza y sonrió, en algun momento le darían el alta y volvería a su casa y a su vida normal hasta que finalmente la muerte llamara a su puerta.

Comenzó a toser. Pero no le presto atencion.

Era su imaginación o el aire se volvía pesado?.

Los mechones de su cabellera dorada acariciaron su piel, miró hacia abajo mientras el tren pasaba por los rieles a toda velocidad, tambien pudo distinguir entre la multitud de personas que iba de aqui para alla distintos uniformes de diversas escuelas. Ella tambien quería volver a la escuela.

Pero... Como volver a la escuela cuando junto en ese momento no podía mantenerse en pie?.

Se desplomó. El aire comenzó a faltarle y su pecho habia comenzado a doler a causa del esfuerzo, para empeorarlo un intenso dolor de cabeza apareció de repente, intentó apoyarse sobre sus codos pero era como si su cuerpo hubiera perdido todo control de si, toda estabilidad, no tenia las fuerzas suficientes asi que intento arrastrarse; Pero no era facil cuando tu conciencia daba vueltas, tu cabeza dolía tan fuerte como si estuvieran taladrando dentro de ella y tosías a mas no poder.

Su cuerpo simplemente se rindió en el helado suelo. Una puerta se abrió de golpe, Daishi escuchó el taqueteo de un grupo de pasos acercarse y antes de que sus ojos se cerraran alguien grito:— Daishi!.

Entonces, despues, todo se volvió oscuro.

୨ 𝐹𝑖𝑟𝑒 𝐶𝑢𝑟𝑒 ୧ || 𝑆ℎ𝑜 𝐾𝑢𝑠𝑎𝑘𝑎𝑏𝑒 『𝙵𝚒𝚛𝚎 𝙵𝚘𝚛𝚌𝚎  • 𝙾𝙲』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora