୨ 𝐹𝑖𝑟𝑒 𝐶𝑢𝑟𝑒 ୧ || 𝑆ℎ𝑜 𝐾𝑢𝑠𝑎𝑘𝑎𝑏𝑒 『𝙵𝚒𝚛𝚎 𝙵𝚘𝚛𝚌𝚎 • 𝙾𝙲』

𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑋𝐼𝐼𝐼

[Tercera y ultima parte del crossover con Bon Fire, nuevamente, la bella chica mencionada, Nabokov Skylar no es de mi pertenencia si no de: MssKoko_ con eso en claro, disfrútenlo <3]

♱୨ 𝒞ℴ𝓃𝒸𝓁𝓊𝓈𝒾ℴ𝓃 ୧♱

—Hierba mala nunca muere —Dijo la niña de profundos ojos azules cuyos rosados labios se habían curvado en una pequeña sonrisa mientras se acercaba a lentos pasos en dirección al albino; pero miren nada más ¡Siempre había tenido razón!

—Mamá...

Que lastima que nadie le hacía caso o bueno, no siempre, tal vez esa experiencia serviría para que el albino aprendiera a escucharla un poco más, eso pensaba ella, mas cuando le miro de reojo:—!... —Se sintió mal hasta cierto punto, no de mostrarle la verdad, es decir nadie merecía ser engañado de esa manera pero: Debía doler saber que el regreso de tu querida madre al final no fue más que una mentira.

No era necesario que lo conociera para notar lo obvio pero... se apiadaría de él?, que va... cierto lado suyo en serio disfrutaba de saber que estaba sufriendo eso, karma?, tal vez el universo le estaba devolviendo la cruel "jugarreta" que le había jugado.

Estaba decepcionado, decepcionado y hasta dolido e incluso ella lo podía notar. ¡Vaya sentimiento extraño!, una parte suya ardía felizmente al ver que estaba sufriendo mientras la otra comprendía lo que se sentía.

—Déjame a mí —Pidió acaparando momentáneamente la atención de quien, hasta ese momento, había sido un cruel maestro— Quiero hacerlo yo, además —Se giró hacia él adoptando esa inocente y cínica sonrisa que le hacía lucir como una tierna muñeca la cual no rompía un plato cuando en realidad te podía destruir todo un edificio si así lo deseaba— Hace un buen rato que quiero golpear algo y esa cosa de ahí me resulta perfecta —Dijo con esa aniñada voz suya, miró de reojo a la albina mayor— Ne~ Los traidores merecen morir eso fue lo que dijiste ese día... o acaso la quieres tanto que no podrías hacerla pagar por su traición? —Sus ojos azules conectaron con los suyos, ¿Cómo podía continuar sonriendo de esa manera cuando decía algo así?, ¿Cómo es que podía pasar de piadosa a manipuladora y cruel hasta cierto punto?, ¿Acaso no le importaba desquitar su odio, enojo y dolor en alguien completamente aparte?; ¿Cómo podía ser tan...

Descarada y cínica.

No, no le importaba. Ni un poco a decir verdad.

— Hazlo —Dijo con frialdad, sus ojos color rubí se oscurecieron al momento en que miro a la pequeña muñeca en vida, como si el coraje y la decepción se fundieran en uno ignorando aquel dolor de la traición. Ella le había defraudado, ella prefería a esos estúpidos bomberos así que, por qué no dejar que la mocosa a la que había entrenado tan arduamente, o mejor dicho uso como saco de boxeo, demostrará los resultados de todo lo que le enseñó.

Si su querida madre le usó sin remordimiento alguno, él no tendría problema en hacer lo mismo.

La de largos cabellos dorados abrió su boca con intenciones de agregar algo más, sin embargo, Sho no estaba de humor para tolerarla en ese momento; es más, no estaba de humor para ver a nadie, había tenido suficiente con demostrar debilidad frente a su querida y traidora madre adoptiva: No volvería a cometer tal error.

—Es una orden —Le cortó sin que esta pronunciase nada. Daishi se limitó a dedicarle esa falsa y tierna sonrisa que terminó por convertirse en algo suyo.

—Wakarimashita (1) —Fue lo único que la rubia le respondió antes de girarse en dirección a la mujer que se convirtió en una especie de reemplazo de su madre biológica para el Kusakabe menor. En tan solo un parpadeo está alzó la hermosa e imponente arma lanzándola hacia la mujer, erizando hasta el más pequeño de los vellos que poseía cuando la afilada hoja de su guadaña pasó peligrosamente cerca— Has traicionado a mi maestro —Dijo a la vez que sus grandes ojos comenzaban a desprender una tenue luz.