Este día sería el último que pasarían juntos.Miró a su novio y sonrió apenada. Este había notado como una pequeña lágrima rodaba por su mejilla. Yi Han por más que quiso ocultarla limpiando rápido su rostro, Sang Hyuk logró verla.
—... Hoy... Será nuestro último día juntos.—dijo trantando de romper en llanto.—Quiero que sea especial, a pesar de que sea como una despedida.—Da Won asintió.—... Supongo que, luego de que acabe el día, terminaremos con esto... No quiero tenerte atado, además las relaciones a larga distancia no perduran mucho. Encima, sé que puede gustarte alguien más allá... Por eso, es mejor terminar.—esa última frase la dijo casi inaudible.
—Song Yi Han.—la nombró y ella respiró profundo y lo miró.—Hagamos nuestro último día juntos especial, no estes triste y no llores. Estoy seguro que encontrarás a alguien mejor que el idiota que soy.—dijo mientras la tomaba de las mejillas.—Sin embargo, aún no a terminado el día, así que, disfrutémoslo al máximo.—ella asintió para luego colocar sus manos sobre las de Sang Hyuk.
Suspiró y él antes de sonreír, le dió un corto beso en los labios.
(...)
—¿A dónde vas Seok Woo?—preguntó Jae Rim entrando a la habitación de su hermano.
Este estaba todo arreglado y al parecer saldría.
—Tengo un cita con Chan Hee.—dijo feliz y su hermana sonrió.
Seok Woo le había contado toda la historia, y la verdad, Chan Hee era el chico adecuado para su atractivo hermano mayor.
—Bien, espero que te diviertas mucho.—dijo y le dió un beso en la mejilla.—En la noche te daré mi regalo, piojo!
—Está bien salamandra!—dijo entre risas al ver como Jae Rim salía corriendo de su cuarto.
Tiempo después salió de casa y pasó a buscar al pequeño.
—Feliz Navidad, hyung!—dijo un Chan Hee sumamente feliz.
—Feliz Navidad, pequeño ¿Nos vamos?—se llevó un eufórico asentimiento por parte del bajito y sonrió.
—Por cierto, hyung, hay algo que quiero preguntarte...
—Dime.
Las mejillas de Chan Hee tomaron color.
—¿Cuándo me pedirá ser su novio?
—Te me adelantaste.—dijo entre risas y logró sonrojar al menor.
(...)
Jae Rim ya quería que fuese de noche. Había acordado con todos sus amigos encontrarse. Ahora en la mañana todos estaban haciendo sus cosas en pareja, incluso Seok Woo. No podía molestar a ninguno, ninguno excepto Young Bin.
Marcó su número y lo primero que escuchó cuando este contestó fue:
—Justamente pensaba llamarte.
La pelinegra sonrió. Era genial tener a un amigo así.
—Feliz Navidad, Binnie.—dijo feliz y escuchó la risa del chico del otro lado del teléfono.
—Feliz Navidad, Rim Rim.
—¿También te han dejado solo?—preguntó la chica mientras se hacía una coleta.
—Si, supongo que a tí también ¿Quieres que nos pasemos este tiempo juntos?
—Me parece genial, es horrible estar sola en Navidad, encima es divertido estar contigo.
—Me alegra escuchar eso. Dentro de unos minutos estoy ahí.
—Okay.—dijo animadamente y antes de colgar escuchó la risa del chico.
La chica se cambió de ropa y se vistió perfecta para la ocasión. Ni tan formal, ni tan casual.
Soltó su cabello y se maquilló levemente como siempre solía hacer.
Efectivamente, luego de unos minutos sonó el timbre de su casa, por lo que tomó su celular y bajó apresuradamente. Abrió la puerta y se encontró al lindo rubio frente a ella.
Le sonrió y este le devolvió el gesto.
—Vamos.—dijo el chico y comenzaron a caminar.
—¿A dónde iremos?—preguntó mientras entrelazaba su brazo con el del rubio.
—A donde nos lleven mis pisadas.—soltó filosóficamente y Jae Rim rió.
—Tranquilo Sócrates, sólo era curiosidad.—aclaró y Young Bin rió mientras acomodaba mejor la mano de la chica sobre su brazo.
(...)
Una vez sentados en una mesa con vista a las lindas calles de Corea, saturadas de adornos navideños, comenzaron a charlar como hacían comúnmente mientras terminaban de beber sus malteadas.
—Entonces ¿Sang Hyuk se irá mañana?—preguntó y la chica asintió.
—Me siento mal por Yi Han, este será su último día con él.—dijo mientras hacía un puchero. Luego miró a Young Bin y este también posó su mirada en ella.—Pero, mejor cambiemos de tema. No quiero sentirme mal en Navidad.—él asintió.
—Por cierto, tengo algo para tí.—dijo Young Bin mientras sacaba de uno de sus bolsillos una pequeña cajita.—Es un regalo por Navidad, ábrelo cuando estés sola.—advirtió y ella sonrió.
—Gracias. Aunque ahora me siento mal porque no compré nada para tí.—habló mientras removía un poco sus cabellos.
—No te preocupes. Sé cual sería el regalo perfecto que podrías darme.—habló convencido mientras jugaba con la pajilla de su vaso.
—Dime que es.—pidió y él rió levemente.
—Quiero un beso en los labios.—soltó repentinamente sin quitar la sonrisa burlona de su rostro.
—De ninguna manera!—Jae Rim se puso de pie y se alejó de la mesa.
Young Bin la observó con una sonrisa burlona, lo del beso sólo era broma.
La pelinegra regresó y lo tomó de la mano haciéndolo ponerse de pie.
—Vamos.—ordenó.
—Espera, la cuenta.—le acordó eso a la chica y soltó la mano de esta, se acercó a la barra y pagó por lo que tomaron.
Luego regresó junto a ella y lo volvió a tomar de la mano sacándolo del local.
—Hey!—exclamó Young Bin mostrando sus perfectos dientes.
Jae Rim soltó su mano y se sujetó de la chaqueta del chico. Se acercó a su rostro y lo besó. Después de todo eso era lo que él quería como regalo.
Young Bin esta vez eran quien no se esperaba ser besado. Aún así no tardó en tomar a la chica de la cintura y corresponderle. Se sentía genial poder besarla con tanta libertad.
Se separaron por falta de aire y Young Bin sonrió.
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Hola Young Bin!(Young Bin)(JaeSeong)
AcakEra raro que esa chica le saludara siempre de esa forma tan animada, no podía verlo en ningún sitio, siempre se acercaba a él y lo saludaba, en ocasiones sentía que lo acosaba porque se la encontraba en todos los lugares y siempre que salía a algún...