|¿Qué me pasa?|

289 32 15
                                    

[Scourge]

Me pareció extraño que esa loca se fuera, parecía que huía de algo, pero... ¿de qué? ¿O de quien?

Al terminar de hablar con ese sujeto que por suerte no se opuso y me contó todo sin poner resistencia.

Ahora me dirijo a mi habitación compartida, estoy esperando el ascensor para subir al piso correspondiente a mi habitación.

Al ascensor llegar me metí en él y toque el botón a mi piso, espere hasta que escuche el pitido del ascensor y luego las puertas se abrieron, salí del ascensor y camine por los pasillos hasta llegar a la puerta de la habitación.

Saque la tarjeta de mi chaqueta negra y la pase, la puerta dio luz verde y se desactivó el seguro, entre a la habitación, oí unos sollozos en la habitación, mis orejas se movieron buscando al causante y vi a Rosy en la cama.

Me acerqué a ella y vi su cuerpo estremecerse al sentir mi presencia, se volteo y vi sus ojos rojos, lágrimas diminutas se veían en ellos, estaba llorando pero... ¿por qué?

Sentí mi pecho contraerse al verla así, sentí... ¿pena? y... ¿tristeza?
¿Por qué siento esto?

ーAh, estas aquí, me asustaste.ーdijo ella moviendo su cabeza a los lados para evitar que viera sus ojos, tal vez por que la he estado viendo fijamente.

ーAh... si.ーdije, debí sonar como un idiota, ¿cómo no se me ocurrió otra cosa? Me siento inútil.

Un silencio incómodo se poso en la habitación y no seguimos hablando, oí su respiración agitada en ella, parece que quería llorar pero se contenía.

ー¿Qué... te... paso?ーpregunté viéndola, quiera saber sobre su actitud anterior.

Ella sólo me miro extrañada.

ーNo... es... de... tu... incumbencia...ーdijo ella con una voz apagada y quebrada, parecía que iba a llorar en cualquier momento.

ーDímelo.ーórdene mirándola con enfado.

ー¡Déjame en paz! ¡Vete! ¡Déjame sola...!ーno deje que terminará, algo..., no se como me impulsó a abrazarla, sentí que debí hacerlo.

Ella no respondió al abrazo, yo rodee y apreté más fuerte el agarre de mis brazos por su espalda.

ーTe odio...ーdijo ella, luego sentí su cabeza hundirse en mi pecho, después sentí sus brazos sujetarse por mi espalda y empezó a llorar, sentí mi pecho mojarse por sus lágrimas.

Sin saber ni esperarlo mi corazón empezó a latir fuertemente, sentía mis estruendosos latidos en mis oídos y el calor que sentía se presentó en mis mejillas y subió hasta mis orejas.

ー Tu corazón late muy rápido.ーdijo ella más calmada, hundiendo más su cabeza en mi pecho.

ー¿Qué esperas...? Es... mi... primera... vez... haciendo... esto...ーdije tartamudeando un poco, me sentía nervioso.

Después de decir eso oí unas risitas salir de sus labios, ahora la loca se está riendo de mi, que gracioso.

ーEs muy... tranquilizante.ーsusurró ella, en un susurro casi inaudible pero pude escucharlo.

Al oir eso mi calor se incrementó más, mi cara se puso totalmente roja y mis orejas también.

ー¿Rosy?ーpregunté y paré al darme cuenta que la llame por su nombre.

No obtuve respuesta y sólo sentí una respiración calmada, la aparte de mi y ella estaba dormida, la sujete por sus hombros para verla, sonreí inconscientemente al verla dormir.

[...]

La puse en su cama y la arrope con las sábanas de la cama, la observe sin apartar la mirada de ella, con mi mano enguantada moví unas púas que estaban en su rostro, todavía mantenía mi sonrisa.

Caminé hacia el gran ventanal que estaba antes cubrido por las cortinas de terciopelo, puse una mano en el ventanal reposando un poco mi peso en ella, llevé mi otra mano a mi mandíbula, sentía los latidos de mi pecho, tenía mis mejillas rojas y orejas, sentía un calor inmenso en mi cuerpo.

ー¿Qué me está pasando?ーme pregunté a mi mismo sin encontrar una respuesta.

¿Me he enamorado? ¿Eso es lo que siento por ella?

¡Ah! ¡No sé que me pasa!

Volte a verla y la vi denuevo, una boba sonrisa apareció en mi rostro sin que yo lo pensará, suspire frustrado y me tire en la cama a dormir.

La imagen de ella y su suave tacto inundó mi cabeza y denuevo mis mejillas tomaron un color rojo, denuevo sentí mi cuerpo que subía de temperatura y sentí más calor.

Tome la almohada de mi cama y la estrellé a mi cara, tapándola, no quería pensar nada más.

[...]

Al pasar los minutos o horas, sentí mis párpados pesados y cerré mis ojos, entrando en un profundo sueño.

Continuará

Enemigos Unidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora